Reforma
2014-08-21
Distrito Federal ─ Especialistas electorales, como José Woldenberg, Jacqueline Peschard y María Marván, coincidieron que el Instituto Nacional Electoral acudirá a las próximas elecciones con una sobrecarga de funciones.
Entre ellas está la fiscalización de 70 mil campañas electorales frente a las 6 mil que vigilaba anteriormente, y con un diseño complejo de nuevas causales de nulidad.
La ex Consejera del extinto Instituto Federal Electoral (IFE), María Marván, se refirió a la sobrecarga de facultades que ahora tiene el INE y sostuvo que esto podría generar un sinnúmero de conflictos que deben ser resueltos conforme al derecho.
Marván criticó también que la reforma electoral mantuvo la dependencia económica de los organismos electorales de los Estados, que seguirán recibiendo las prerrogativas de los gobernadores, y la vulneración del federalismo que implican dichos cambios a la legislación electoral.
Para José Woldenberg, ex presidente del IFE, es necesario definir con claridad mecanismos para la impugnación de los consejeros locales y la fiscalización de los recursos que ejercen los partidos políticos.
Woldenberg aseguró que en el INE perduran las fortalezas del viejo IFE, como lo son el Padrón Electoral, el Servicio Civil de Carrera y la administración de los tiempos del Estado, y que ello permitirá que la elección se desarrolle adecuadamente.
"Con la actual normatividad y con la experiencia acumulada no tenemos por qué temer a las elecciones del 2015. Van a salir bien", aseveró.
Jacqueline Peschard, ex Consejera Electoral del IFE, criticó el abaratamiento de las causales de nulidad en las elecciones y lo consideró como la peor decisión tomada por los legisladores.
Por otra parte, María Amparó Casar, académica del CIDE, consideró que la reforma electoral era innecesaria y que se hizo como moneda de cambio entre los partidos políticos para obtener el apoyo en otras reformas.
Los expertos participaron en el "Diálogo Público, del IFE al INE: ¿Avance o retroceso?", organizado por el Instituto Aspen y la Fundación Miguel Alemán y en el que habló también el actual presidente del Instituto Nacional Electoral, Lorenzo Córdova.
Córdova reconoció que existe una sobrecarga de responsabilidades en el organismo, derivadas de la reciente reforma electoral, pero aseguró que no existe un plan B para hacerles frente.
"No hay planes B, en la democracia las reglas del juego no están sujetas a planes B. El no funcionamiento de las reglas del juego suponen el fracaso del sistema democrático", afirmó Córdova.
"Si la ruta democrática para procesar la conflictividad política en la sociedad, que es una ruta pacífica, no funciona, estamos fritos", dijo.
El presidente del INE añadió que las nuevas reglas someten al organismo a nuevos conflictos con los actores electorales que deberán saber enfrentar.
Esta el conflicto con el Tribunal Electoral por los Procedimientos Especiales Sancionadores, que tienen que ver con quejas por actos anticipados de campaña, derecho de réplica y la llamada guerra sucia.
También está el conflicto con los gobiernos locales por la posibilidad de atraer la organización de una elección estatal y con los organismos electorales locales por la facultad para ordenar la remoción de alguno de sus consejeros.
Adicionalmente, están los posibles conflictos con los medios de comunicación por la aplicación del derecho de réplica y por la emisión de los lineamientos en los que se sugiere la cobertura que deberán dar a las campañas, precampañas y consultas populares.
Cierran el listado los posibles conflictos con candidatos y partidos políticos por la declaración de nulidad de las elecciones si, por ejemplo, exceden en más de 5 por ciento el límite del gasto de campaña.