Nacional

Revela dron chinampas prehispánicas en Xochimilco

Agencia Reforma

2014-08-20

Distrito Federal— Los vehículos aéreos no tripulados, los populares drones que nacieron como arma militar, ahora son aliados de la arqueología en México.
Guillermo Acosta, académico del Instituto de Investigaciones Antropológicas (IIA) de la UNAM, emplea un dron provisto de equipo fotográfico de alta resolución para estudiar Xochimilco, zona de la Ciudad de México sin atención de arqueólogos en los últimos años.
Aunque la mayoría de los montículos prehispánicos del ejido de San Gregorio Atlapulco –una treintena– fueron arrasados en los años 90 por la construcción de un inconcluso distrito de riego, el sitio resulta de interés por su temprana ocupación: allí se establecieron las primeras aldeas agrícolas de la Cuenca de México, hace 6 mil 500 años.
“Fueron las primeras sociedades que colonizaron el islote en medio del Lago de Xochimilco”, destaca el especialista. “Llegaron en canoa, traían grandes bloques de basalto de la Sierra de Chichinautzin para hacer piedras de molienda. En ellas se han encontrado plantas silvestres y plantas cultivadas o en proceso de domesticación”.
Más adelante en el tiempo llegaron los mexicas, cuyas chinampas fueron detectadas por el dron, adquirido con recursos del Programa de Apoyo a Proyectos de Investigación e Innovación Tecnológica, de la UNAM, que aporta 530 mil pesos anuales entre 2013 y 2015.
“Las chinampas fueron un sistema agrícola que permitió a Tenochtitlan tener más de un millón de habitantes en algún momento, muchos en el sur de la Cuenca, donde había patos, peces, ajolotes, plantas acuáticas y además se podía cultivar”, detalla el especialista en prehistoria y poblamiento americano.
Para el visitante que acude en bicicleta o camina atraído por el paisaje campirano de la zona, las chinampas prehispánicas son irreconocibles; se confunden con protuberancias en el terreno.
Pero el dron, con su cámara infrarroja, detectó variaciones de la vegetación en superficie, dato valioso para un ojo entrenado.
“Sobre las chinampas crece un tipo de pasto nativo y otro distinto, porque es introducido, el cual crece en los que fueron canales”, detalla Acosta.
Un pasto tiene más clorofila que otro, concentra más calor, factor que identifica el infrarrojo y lo destaca en una fotografía de falso color: lo más verde, en este caso, resalta como rojo.
“La fotointerpretación nace desde la Primera Guerra mundial con los vuelos de espionaje y después se identificaron sitios arqueológicos. Pero la fotointerpretación se hace tradicionalmente en México con vuelos comerciales muy altos, que identifican sitios monumentales. Las chinampas son tan superficiales que no alcanzan a verse”.
Es la primera vez que los drones exploran el patrimonio arqueológico del País, si bien su aplicación es frecuente en países como Alemania, Inglaterra y Holanda.
El uso del dron en Xochimilco será detallado en la conferencia “El empleo de fotogrametría mediante dron como herramienta de evaluación del patrimonio en riesgo: Chinampas arqueológicas de Xochimilco”, que ofrecerá Acosta el 25 de agosto a las 13:30 horas en el Museo del Templo Mayor.
El dron puede acompañar al arqueólogo desde el principio de su investigación hasta la conclusión de la misma, apunta el especialista, cuyas investigaciones desarrolla en coordinación con la investigadora Emily McClung.
Las secuencias fotográficas procesadas con técnicas fotogramétricas -que definen con precisión la forma, dimensión y posición de un objeto- permiten obtener desde imágenes aéreas para la identificación de elementos arqueológicos no visibles desde el terreno, hasta ortofotografías -cartografía sin errores ni deformaciones-, Modelos Digitales de Elevación y prototipos en 3D del terreno con texturas de alta resolución.
El investigador propone que la información recabada con esta tecnología no se agote en reportes técnicos, disponibles sólo para los especialistas.
“Es una herramienta para transitar del conocimiento técnico a un lenguaje que todo mundo pueda entender”, plantea el investigador, quien prepara un documental de divulgación dedicado a los 6 mil 500 años de historia de San Gregorio Atlapulco. (Yanireth Israde/Agencia Reforma)

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