Nacional

Vigilar una caseta telefónica llevó a la caída de 'El Menchito'

Reforma

2014-05-04

Distrito Federal— La vigilancia a una caseta telefónica y el seguimiento con sistemas de geolocalización de dos números celulares por parte de la PGR, fueron clave para capturar a Rubén Oseguera González "El Menchito" o "El Junior", presunto número dos del Cártel de Jalisco Nueva Generación.

Vía aérea, el Ejército y la Armada enviaron desde la Ciudad de México unidades de Fuerzas Especiales, con vehículos terrestres incluidos, en el más absoluto sigilo, para evitar filtraciones y garantizar el éxito de la operación, relatan funcionarios del Gobierno Federal.

La Secretaría de la Defensa Nacional mantenía desde el año pasado un seguimiento a una serie de números telefónicos relacionados con mandos del CJNG y uno de ellos recibió una llamada desde un teléfono público de la Colonia Jardines Universidad de Zapopan.

De acuerdo con investigadores, el Ejército pidió a la Agencia de Investigación Criminal de la PGR monitorear la caseta telefónica y dos números celulares; al mismo tiempo, militares encubiertos comenzaron a merodear los alrededores de la caseta.

La noche del 29 de enero uno de los teléfonos celulares fue ubicado en una de las residencias cercanas al teléfono público, estaba estático. Fue el indicio que precipitó de inmediato el operativo de militares y marinos desde el DF.

A las 3:30 horas del día siguiente, los elementos de las Fuerzas Especiales ingresaron a la residencia en la que dormía el hijo de Rubén o Nemesio Oseguera Cervantes "El Mencho", resguardado por dos de sus guardaespaldas.

Al tronar de las puertas, "El Menchito" o "El Junior" saltó de la cama, corrió al patio y se trepó a una barda, logrando brincar a una casa vecina. Sus dos pistoleros no tuvieron la misma capacidad de reacción y fueron detenidos en la residencia, sin oponer resistencia.

Los militares siguieron al joven de 23 años, quien ya no tuvo opciones de huída y se dio por vencido, quedando arrinconado en la esquina del jardín, en cuclillas, con los brazos raspados.

Simultáneamente dos sujetos salieron corriendo de otra casa en la misma calle. Marinos y militares les dieron alcance. Fueron identificados como miembros de su escolta. Rentaban un inmueble por separado.

Antes de su declaración ministerial, el Ejército y la AIC interrogaron a "El Menchito" y les dijo que vendía una tonelada de mariguana al mes, a un precio de 5 o 6 mil pesos el kilo, es decir, 12 toneladas anuales a un costo que va de 60 a 72 millones de pesos.

Cuando le preguntaron a quién se la vendía, respondió "a quien me la compre"; comentó que ha visto o conoce la cocaína, pero negó ser intermediario o vendedor de alcaloides.

Tenía en su casa más de 16 millones de pesos y 700 mil dólares en efectivo, dinero que, aseguró, estaba destinado para las "emergencias".

El joven fue muy reservado y vago cuando le preguntaron sobre su padre "El Mencho", el capo del Cártel de Jalisco Nueva Generación. No era fácil verlo, dijo que para encontrarse con su padre debía tratar con toda una red de intermediarios que se comunicaban con él para arreglarles una cita.

¿Cuándo fue la última vez que lo viste?, le preguntaron.

"Hace tres semanas, en la sierra".

De aquel último encuentro, relató que su padre lo regañó, le exigió que ya no anduviera en fiestas porque se había vuelto muy visible para las autoridades, no obstante que manejaba sólo un Dodge Charger y una camioneta Yukon, no tan llamativos como los carros de otros juniors del narcotráfico.

¿Y sí te vas de fiesta?

"Pues yo creo que sí, por eso me agarraron", le dijo "El Menchito" a sus captores.

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