Nacional

Realiza congreso de exorcistas Arquidiócesis de México

Reforma

2013-08-06

Distrito Federal─ Desde hace una década, el sacerdote Pedro Mendoza Pantoja no sólo oficia misas en su rutina diaria, también se enfrenta con Satanás hasta 10 veces al mes.

Mendoza es el líder de los exorcistas de la Arquidiócesis de México y asegura que por consultar adivinos, invocar a los muertos, acudir con curanderos y brujos, la gente le abre las puertas al mal.

Otro exorcista, el padre Fidel Pérez Rodríguez, calcula que encara al diablo hasta cinco veces al día desde hace tres años.

Esta semana, la Arquidiócesis de México realiza un congreso de sacerdotes autorizados para enfrentar al demonio con rezos, un crucifijo con la imagen de San Benito, óleo, agua bendita y una estola morada.

"Cada día aumenta la cantidad de personas que hunden su vida en las practicas del ocultismo (...) y después son víctimas de terribles sufrimientos. Mucha de ellas viven fenómenos que no tienen una explicación natural, padecen enfermedades cuyo origen no alcanzan a detectar los médicos, se les aparecen personas que ya han muerto o conocen por anticipado lo que va a suceder", aseguró Pérez Rodríguez, quien es exorcista de la tercera vicaria de la Arquidiócesis de México y miembro de la Asociación Internacional de Exorcistas.

Para el padre Mendoza, quienes acuden con los curanderos y los brujos son los que están expuestos a influencias malignas.

"El diablo es como un perro rabioso que está amarrado. Si tú no te metes en su terreno no pasa nada, pero si tú te metes en su terreno te arriesgas a que te muerda", indicó.

Explicó que cuando una persona está bajo la influencia del diablo es consciente y responsable de sus actos, en cambio, cuando está poseída ya no es consciente ni responsable porque es el diablo el que está actuando en su cuerpo.

El también párroco de la Iglesia la Asunción de María indicó que existen tres campos de acción del demonio: la tentación, la influencia y la posesión.

Lo más común, puntualizó, es la tentación y la influencia demoniaca, en tanto que la posesión es rarísima. En sus 10 años de exorcista jamás ha realizado un exorcismo por este tipo.

"Algunos (exorcistas) hablan de posesión diabólica, pero dudo que hayan hecho un buen diagnóstico. Una de las cosas que hemos descubierto es que a los sacerdotes nos falta mucha preparación. Hay que tener la certeza de si se trata de una simple enfermedad, una influencia demoniaca o puede haber influencia sin que llegue a ser posesión o si realmente hay una posesión, además de una influencia demoniaca", explicó.

Desde hace 10 años, Mendoza organiza los congresos de exorcistas de la Arquidiócesis de México para su actualización. El congreso de este año se celebrará del 6 al 9 de agosto.

Aseguró que muchos sacerdotes que no están bien formados son escépticos y consideran que las personas tienen problemas psicológicos y los mandan con el psicólogo y otros son tan crédulos que en donde quiera están viendo la acción del diablo.

El perfil del exorcista

De acuerdo con los padres consultados, los sacerdotes que ejercen este ministerio tienen que ser nombrado por los obispos.

"El sacerdote debe tener además de los estudios eclesiásticos un estudio de desarrollo humano y ver los traumas en los que puede influir el demonio", afirmó Mendoza Pantoja.

Para el padre Pérez Rodríguez, los exorcistas deben ser piadosos, sabios, prudentes e íntegros de vida.

Los exorcistas indicaron que en todas las diócesis deberían tener un exorcista por vicaria, pero esto no sucede; en la de México, por ejemplo, la primera y la quinta carecen de exorcista. En total hay siete.

'Están adentro, no se han ido'

El michoacano Ángel V. sostiene que ha sido atormentado desde hace 14 años por cuatro demonios y no ha podido librarse de ellos pese a que ha sido examinado por decenas de exorcistas.

El 19 de mayo pasado, en la Plaza de San Pedro, el Papa Francisco puso sus manos sobre la cabeza del mexicano, hizo una oración y éste gritó.

La imagen fue captada por televisión y los especialistas lo consideraron como un exorcismo, aunque el Vaticano lo negó.

En entrevista concedida días después al suplemento Crónica del periódico El Mundo, Ángel señaló que el rezo de su Santidad le hizo bien e incluso dejó la silla de ruedas.

"Pero aún tengo los demonios dentro, no se han ido", dijo el hombre de 43 años.

"Hay momentos en que parece que los demonios van a salir. Pero no se van".

Ángel contó que en 1999, cuando regresaba en autobús del DF a Michoacán, sintió que como si una estaca se le clavara en el pecho y un dolor en las costillas.

A partir de entonces, refirió, su estado de salud se deterioró. Acudió con médicos que le realizaron radiografías y análisis sin dar con la causa de sus problemas; después comenzó a tener trances en los que blasfemaba y hablaba en lenguas desconocidas.

En 2004, según el rotativo español, le dijeron que estaba poseído por el diablo y le practicaron su primer exorcismo.

"Mi familia reaccionó al principio con incredulidad y, de hecho, entre mis hermanos hay algunos que aún siguen siendo escépticos, que creen que lo que tengo es fruto de un desequilibrio psicológico", señaló Ángel.

A partir de entonces comenzaron sus sesiones de exorcismo con diferentes sacerdotes, incluso con el famoso español José Antonio Fortea.

Pero fue a raíz de un sueño que tuvo con el Papa Francisco que decidió viajar a Roma. Le pidió al padre Juan Rivas que le acompañara y después de tratar en tres ocasiones de saludar a su Santidad, lograron la oración.

En el artículo el sacerdote Gabriele Amorth, quien ha realizado unos 160 mil exorcismos, expuso que Ángel estaba poseído por un demonio obligado por Dios a transmitir un mensaje al clero mexicano: hacer un un acto en reparación por la ley del aborto aprobada en Ciudad de México en 2007.

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