Miguel Vargas
El Diario de Juárez
Ciudad Juárez— “Volaba toda la gente pa’ los lados”, aseguró ayer José Enrique Ánima, pasajero del camión de transporte público accidentado la tarde del lunes al chocar contra una locomotora, en el eje vial Juan Gabriel y calle Santos Dumont.
El testigo presume que el conductor del camión iba intoxicado con alguna droga y posiblemente quiso suicidarse, ya que tuvo tiempo de frenar y no lo hizo. “Ni siquiera aceleró para ganarle el paso al tren, simplemente no hizo nada por evitarlo”, afirmó.
José Enrique fue dado de alta del IMSS 35 la mañana de ayer, pero aún tiene internados a sus dos hijos de 3 y 5 años y a su esposa, con fractura de cadera, comentó mientras esperaba turno para declarar sobre el accidente ante el Ministerio Público de la Fiscalía Zona Norte.
Relató que la mañana del lunes toda su familia, que vive en el kilómetro 30 de la carretera a Casas Grandes, salió a comprar un teléfono celular al Centro de la ciudad para su esposa, aparato que se perdió en el accidente.
En la terminal de la ruta Juárez Bus Oasis, en el primer cuadro, abordaron el camión número 1938 que los llevaría de regreso a su colonia.
Ánima dijo que el chofer llevaba unos 35 pasajeros y no iba manejando a exceso de velocidad, pero repetía a todo volumen la misma canción, “puro corrido pesado, en ese tramo la escuchamos cuatro veces”, expresó.
Agregó que al llegar a las vías del tren el conductor aparentemente estaba ido, porque no reaccionó al ver que el tren se acercaba pitando.
“Al mirar el tren que pita, vienen (el camión y la locomotora) a una misma distancia para llegar juntos, y más o menos a la misma velocidad, el chofer como que quiso hacer alto pero le siguió, no le aceleró el wey… como que dijo ‘pa’ que me choque’. Fue lo que yo capté, que no aceleró, se fue con el vuelo que llevaba”, dijo José Enrique.
El testigo dijo que se abocó a buscar a sus hijos que estaban tirados en el piso del autobús, mientras que su mujer se encontraba entre los asientos que quedaron retorcidos por el impacto. Fue cuando vio que el chofer le estaba dando patadas a la puerta hasta lograr abrirla y escapar.
Desde entonces, nada se sabe del conductor. (Miguel Vargas)
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