Abril Salgado
El Diario de Juárez
Ciudad Juárez— “La verdad ni recuerdo la última vez que un niño fue adoptado”, expresa Kristina Robles, dedicada con su esposo desde hace once años, a la misión de ser refugio, padres y amigos de niños en condiciones de abandono, abuso, descuido y maltrato.
Para esa tarea fundaron la Casa Hogar Ríos de Misericordia en la colonia Lomas de Poleo, donde llegan menores de todas las edades, incluso canalizados por el Desarrollo Integral de la Familia (DIF).
“Han pasado por este lugar cientos de niños, comenzamos con ocho, en mayo de 2007. Estos 11 años han sido maravillosos aunque muy cansado y difícil, pero nos encanta lo que hacemos, sentimos que es un llamado de Dios a nuestras vidas”, dijo.
Actualmente viven ahí 40 menores cuyas edades varían entre 2 y 15 años de edad.
“Hay menores que no pueden regresar con sus familias, que vienen por parte del DIF; no pueden regresar con ellas y no han sido adoptados, entonces hay quienes van a crecer en este lugar hasta que sean adultos”, expresó.
Mencionó que hay un compromiso para sacar adelante a los adolescentes, que vayan a la secundaria, como ahora ocurre con dos adolescentes varones de la casa; otra menor cursa el bachillerato, y esperan apoyarlos hasta concluir una carrera universitaria.
‘Los tratamos / 2B