Abril Salgado/
El Diario de Juárez
Ciudad Juárez— Desde la Ciudad de México, Víctor Maya arribó a la frontera en busca de una oportunidad. Con su uniforme villista, un organillo y un changuito de peluche revive el típico personaje de antaño, deleitando a los juarenses con melodías mexicanas.
El hombre de 32 años tiene en su repertorio piezas tradicionales de la época revolucionaria como La Adelita, La Cucaracha y Allá en el Rancho Grande, además de otros temas rancheros, música clásica y hasta rock and roll.
Aunque su estilo corresponde a un siglo después de la época de la Independencia de México, el organillero de oficio dice que en las fiestas patrias hará bailar a los juarenses.
“Vamos a estar aquí en Juárez en las fiestas patrias, hasta el 16 de septiembre y de aquí nos vamos a Tijuana para seguir el recorrido; allá nos quedamos un rato y le seguimos para otros estados de la república, a otras ferias y otros eventos”, dijo.
Narró que desde los 14 años de edad, un primo lo invitó a trabajar en el oficio, al que se ha dedicado su familia por mucho tiempo; fue el medio por el cual pudo pagar su bachillerato y la licenciatura en Comunicación y Cultura.
Mantienen viva tradición del siglo XIX
Maya explicó que pertenece a la unión denominada “Organilleros de México”, gremio en el que se establecen dos fechas al año para viajar, en Semana Santa y fiestas patrias o vacaciones de verano, pero a veces pueden viajar incluso en más ocasiones para seguir llevando la música a todos los rincones del país, además de que es el organismo que otorga los permisos federales para trabajar en plazas, parques y mercados.
Desde Oaxaca, Veracruz, Puebla, y una ruta por el Pacífico, Nayarit, Sinaloa o por Torreón, San Luis Potosí, Monterrey y Juárez, esta música tan particular viaja con ellos en estos recorridos que se cambian cada dos años.
Los organilleros siempre hemos estado de viaje, la tradición del organillo llegó a México, los primeros cilindros, a finales del siglo XIX, 1880, 1885, y a partir de esa fecha primero se instalaron en la Ciudad de México, Puebla y Monterrey, los lugares más grandes, pero después de la Revolución Mexicana, empezaron a viajar a todas partes”, relató.
Agregó que hay documentos sobre organilleros que pasaron por las tierras juarenses hace 40 y 50 años, pero quienes ingresan a este oficio es por herencia de sus familiares, y se busca tocar en lugares donde sus antepasados no hayan estado anteriormente.
“La primera vez que vinimos a Ciudad Juárez íbamos de paso hacia Tijuana, esa vez nos fue muy bien, la ciudad nos acogió excelente, la gente nos trató también muy bien y decidimos regresar después de un tiempo. Sí hay lugares donde nos dicen que hay algo más de violencia o inseguridad, pero afortunadamente a los lugares que hemos ido nosotros, siempre nos va bien”, expresó.
Actualmente además de viajar, mencionó que los organilleros se dedican a darle mantenimiento a sus instrumentos musicales, ya que son heredados y tienen 50, 60 o hasta 100 años de antigüedad. Estos aparatos son originarios de Europa, y hay modelos alemanes, austriacos y holandeses, entre otros.
“Los más antiguos se restauran y se mantienen en museos. Si nosotros tenemos la oportunidad de renovarlo por alguno de Europa, lo hacemos y lo tocamos en México, pero es muy difícil, se trae uno cada varios años y se hace con convenios de autoridades de Alemania o con sociedades altruistas que nos ayudan a renovarlos”, explicó.
Maya dio a conocer que fuera del país existen organizaciones entusiastas que ven a los organillos como auténticas antigüedades o piezas de valor histórico y cultura, con las que se mantiene contacto para preservar el oficio.
Este instrumento es de música mecánica, funciona con rollos que contienen las notas musicales grabadas y pueden ser de madera, para tocar ocho melodías, cada una con duración de un minuto, o puede ser en rollos de papel para hacer sonar entre cuatro y ocho canciones hasta por cuatro minutos.
Hasta la fecha señala que ha conocido el Centro Histórico de la ciudad, la Plaza de la Mexicanidad y el Monumento a Benito Juárez, donde ha tocado para costear sus gastos. (Abril Salgado / El Diario)
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