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Con estudios, sortea adversidades

Verónica Domínguez
El Diario de Juárez

2018-09-08

Ciudad Juárez— Con una sonrisa Miguel Ángel Flores Gómez saluda a todo el que pasa por el pasillo en Centro de Asesoría y Promoción Juvenil, A.C. (CASA), en donde pasa todas las tardes recibiendo talleres que le ayudan a mejorar su lenguaje y desarrollar habilidades que le permitirán ser más independiente.
A sus 25 años, huérfano de padre y madre y con discapacidad, Miguel Ángel estudia soporte técnico por la mañana, y además, realiza cursos de lectura, pintura y música por las tardes CASA.
A los 19 años empezó a estudiar en CASA porque dijo tenía que encontrar un trabajo debido a que su madre falleció y su padre ya no estaba con él. Con esa situación era difícil  poder sustentar sus gastos.
Pero antes de tomar esa decisión, dijo, que estuvo viviendo 10 semanas en la calle porque la partida de su madre le afectó mucho.
Actualmente, Miguel Ángel vive con una tía y sus primos en una casa que le dejó como herencia su madre.
“Mike”, como es conocido por sus amigos, empezó a estudiar una carrera técnica en el Centro de Capacitación para el trabajo industrial (Cecati) 121 y en CASA tiene alrededor de cuatro años tomando diferentes talleres.
Al centro, llegó invitado por un amigo, donde aseguró que desde que está ahí ha podido superar varios obstáculos como no saber leer ni escribir.
Como otros jóvenes también tiene sueños y metas que cumplir, y su mayor anhelo es ser un piloto de aviación. “No sé cómo le voy hacer, pero yo voy a ser piloto”, comentó entusiasta Mike.
De acuerdo con el entrevistado, tiene dificultades para aprender, pero aún no se tiene un diagnóstico, porque su madre fue la que conoció la situación.
En CASA ha desarrollado habilidades como tocar la batería y pintar, además de manera constante un psicólogo del centro lo ayuda para continuar mejorando su aprendizaje.
Pese a que vive con su familia, Miguel realiza labores domésticas como cocinar, lavar a mano y puede desplazarse por la ciudad, porque conoce los puntos en donde está el autobús que toma para ir a la escuela y también sabe cómo llegar a su casa.
Para Miguel estar en este centro le ha permitido ser un joven más extrovertido, porque en un pasado, las burlas por su aspecto fueron frecuentes en la primaria.
“Yo le conté a mi mamá lo que me hacían en la escuela, pero ella me decía que no les hiciera caso”, recordó Miguel.
Tampoco sabía que las burlas que le hacían era algo que el afectaría, pero ahora, dijo, ya sabe lo que significa bullying.
De acuerdo Carlos Simrhy Andrade, maestro de alfabetización de Miguel comentó que anteriormente era muy excluido por su apariencia y que nadie creía en él.
Sin embargo, en el centro aprendió de manera paulatina a leer y escribir, y ya entiende lo que hace.
Lo que hemos intentado hacer con las capacidades que encontramos en él es explotarlas y desarrollarlas más, comentó el maestro.
“Una de las cosas que nos motivó para trabajar fue que un día llegó y nos dijo: ‘tengo ganas de escribirle a una chica una carta’”, agregó el profesor.
Actualmente, Miguel ya sabe utilizar redes sociales, se entretiene con videojuegos, está aprendiendo a tocar la batería, y próximamente participará a un concierto con la banda a la que pertenece.
Miguel estudia alrededor de 4 horas diarias en el Cecati, y a CASA asiste tres horas, de lunes a jueves y, aunque dijo que a veces es muy pesado para él, tiene tiempo hasta para bromeara con sus amigos y maestros del centro.

vdominguez@redaccion.diario.com.mx

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