Alejandro Vargas
El Diario de Juárez
Ciudad Juárez— De un total de 280 mil alumnos en educación básica que se espera comiencen clases este 20 de agosto, únicamente cerca de 17 mil 500 harán uso de escuelas privadas, sitios donde la colegiatura llega a ascender en costos hasta los 56 mil 450 pesos anuales.
Datos de la Subsecretaría de Educación Zona Norte indican que existen 243 institutos privados de educación básica en la frontera: 85 primarias, 98 institutos de preescolar y 60 secundarias.
Un sondeo realizado por este medio enfocado en la educación preescolar que se ofrece en este tipo de institutos reveló que las cuotas se dividen en las siguientes: de nuevo ingreso, de sociedad de padres, mensualidades, y paquetes de libros y uniformes.
Las tarifas son variadas en cada una de estos sitios educativos. El Instituto San Patricio cobra una inscripción de cuatro mil 200 pesos más la colegiatura mensual de tres mil 650 pesos, sin incluir el costo de uniformes ni materiales que se venden por paquete, lo que equivale a pagar 48 mil pesos en un año.
A su vez, el Colegio Kawabata, para el mismo nivel educativo, maneja el siguiente paquete: inscripción de 990 pesos; 250 seguro escolar; mensualidad de mil 640 pesos; paquete de libros y uniforme de dos mil 450, para un total de 23 mil 370 pesos al año.
El instituto Teresiano es el más costoso en este sondeo debido a que maneja una cuota de inscripción para primer año de preescolar en la que se tienen que pagar 4 mil 850 pesos, más mil 500 por nuevo ingreso que se aúnan a los mil 950 por cooperación a la sociedad de padres, mientras que deben dar mensualidades de tres mil 485, lo que suman 56 mil 450 pesos anuales, con los seis mil 330 pesos de los uniformes y libros incluidos.
Hilda Orozco, madre de un alumno que estudia en uno de estos colegios refirió que aunque pueda representar más gasto a largo plazo, vale la pena invertir en su hijo.
“Ahorita no batallamos por dinero, gracias a Dios. Hay que aprovechar la oportunidad para que ellos puedan tener lo mejor. Él está en el equipo de béisbol y lo veo muy contento. Si él está feliz, todo vale la pena”, refirió la mujer.
Su familia está compuesta además por otra hija. Misma que también trabaja para sacar adelante la educación de su hermanito en un negocio familiar que abrieron recientemente. Esperan que las cosas vayan bien para poder seguir costeando una educación, que aunque aceptan es cara, refieren que vale la pena.