A. Salgado / A. Castañón /
El Diario
“A mí el que me pudo es el niño”, comentó una vecina de la colonia Exhipódromo, donde el domingo una explosión de gas en una vivienda de las calles Plan de Guadalupe y Porfirio Díaz terminó con la vida de un menor de 15 años y dejó herida a su hermana de 17 años.
Las miradas tristes de los vecinos se notan a distancia, todos los que pasan contemplan el departamento color blanco, oscurecido por el humo y el fuego que denota la desgracia de una familia.
Los vecinos manifiestan su frustración, pues varios de ellos intentaron ayudar pero la intensidad del fuego no les permitió hacer nada.
“Esos (los departamentos) los acaban de hacer, tienen como cinco o seis meses; dicen que el dueño anda fuera”, dijo una vecina y comentó que hace dos días personal de Gas Natural acudió a revisar los medidores, pero todo parecía estar en orden.
“Tenían como dos semanas que habían llegado apenas. El chavalito quedó atrapado arriba, se veía que corría de un lado a otro y gritaba que lo ayudaran. A la niña le abrió un señor pero ya estaba toda quemada y lloraba mucho, gritaba que sacaran a su hermano, por favor”, narró una testigo.
Falta localizar a padres de las víctimas
De acuerdo con Efrén Matamoros Barraza, director de Protección Civil, los menores fueron identificados como Brad Anthony y Jennifer Monserrat Monroy Islas, quien fue trasladada al Hospital General con un 80 por ciento de su cuerpo con quemaduras de primero y segundo grado.
El funcionario mencionó que hasta el momento no se ha establecido contacto con los padres de los adolescentes y se cree que no son de la ciudad.
En el interior de la vivienda había un tanque de gas licuado del petróleo (LP) conectado a una secadora de ropa; el resto de los aparatos operaban con gas natural, explicó Matamoros Barraza.
Aseguró que las investigaciones para determinar las causas del siniestro están en proceso, y es posible que se concluyan en dos o tres días más.
Dijo que la vivienda resultó con pérdidas totales, incluso uno de los muros colapsó y hay daños en la estructura.
El funcionario agregó que un perito también debe determinar si el inmueble está en condiciones para ser reparado o se debe derribar todo el segundo piso.
Vidrios a lo largo de la calle, un par de cortinas grises permanecen frente al departamento, ropa cuelga de una malla, y una almohada se encuentra en un terreno donde se aprecian bloques de una pared que cayó a pedazos y que deja ver en un segundo piso casi destrozado, una recámara, colchón y un closet del que cuelgan unas cuantas camisetas.
De frente se puede apreciar un cordón rojo con el que se prohíbe el ingreso a la vivienda, pero metros atrás es posible observar todo el interior negro, las cenizas en el suelo, un comedor, escaleras y algunos muebles con estragos y el refrigerador derretido por dentro.
El director de Protección Civil dio a conocer que hasta ayer en la mañana se habían registrado 2 mil 860 incendios, la mayoría en fincas abandonadas y en basureros clandestinos.
Afirmó que en estas deflagraciones sólo se ha presentado una defunción, que fue en la explosión del domingo en la noche.
“Son incendios provocados en su mayoría por la gente que tira la basura en la casa contigua, es donde más se presente este tipo de incendios, los demás son accidentales”, declaró.
El 40 por ciento de las igniciones son provocadas, el 20 por ciento accidentales, y el resto es combinado o por diferentes motivos, aseguró Matamoros. (Abril Salgado / Araly Castañón / El Diario)
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