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Hallan en Para-Libros un mundo qué explorar

Abril Salgado
El Diario de Juárez

2018-07-21

Todos los días Leonardo Esquivel, de 58 años, acude desde la colonia Durango hasta el Para-Libros y Salas de Lectura de la Plaza Benito Juárez, para escoger algún libro y pasar su tiempo viajando entre las páginas de cada historia.
En su soledad y únicamente con un morral color blanco con manchas, una playera azul marino rota, un pantalón de mezclilla y unas botas cafés empolvadas, sostiene un libro del que no despega la mirada desde las 10:00 de la mañana hasta las 2:30 de la tarde.
El mes pasado descubrió este pequeño espacio de lectura en su trayecto al trabajo, un puesto para arreglar botas de la avenida Lerdo, y dice que encontró tanto interés en la lectura que en este mes ya ha leído seis libros y su favorito ha sido uno de la Madre Teresa de Calcuta.
Como él, entre 40 y 60 visitantes, desde migrantes, personas sin hogar, trabajadores y hasta jubilados, acuden a diario para perderse en revistas, periódicos y libros de geografía, explicó José Luis Duarte Ortega, bibliotecario y encargado del Para-Libros. 
“Aquí los últimos meses ha sido como una especie de estancia, donde pueden venir a leer, platicar y jugar ajedrez; creo que la mayoría son deportados o personas que están de paso, porque sí tenemos de vez en cuando niños y familias”, dijo.
El entrevistado mencionó que para no limitar a los lectores, una vez que se “enganchan” con un libro se les otorga un préstamo por siete días para que puedan terminarlo, pero en varias ocasiones los libros no regresan, ya que no es un proceso burocrático ni es efectivo el control.
“No es de dudarse que algunos se fugarán, pero tenemos que correr el riesgo porque de otra manera los libros estarían estancados empolvándose ‘de oquis’; muchas veces de esa manera se facilita y más personas se animan a llevarlos”, señaló.
Cerca de 16 cajas de cartón se encuentran entre los dos pequeños cuartos donde más de 2 mil ejemplares son resguardados, algunos en cajas de plástico, debido a la falta de estantes y espacio para acomodarlos, pues de acuerdo con Duarte, las donaciones son constantes.
También narró que hace cuatro años empezaron el proyecto con apenas 300 obras, pero actualmente los asistentes se inclinan por enciclopedias biográficas y atlas de geografía para “viajar por los libros”.
“En cualquier clima, llueve, truene o relampaguee, viento, frío, calor, ha estado asistiendo la gente, el promedio de visitantes en los días más malos es de 20, en ciertos momentos puedes encontrar de 15 a 25”, aseguró.
Finalmente resaltó que desde el inicio supo que era un empleo ideal para hacer mucho para promover y entusiasmar a las personas por la lectura.

asalgado@redaccion.diario.com.mx
 

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