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Violencia genera estrés postraumático en niños

Luz del Carmen Sosa/
El Diario de Juárez

2018-07-11

El pasado lunes un paramédico de la Cruz Roja caminaba por la avenida Lincoln mientras llevaba de la mano a dos niños que presenciaron el asesinato de su padre a plena luz del día; el técnico en urgencias médicas consolaba a los pequeños que resultaron ilesos en el ataque perpetrado poco después del mediodía.
En las últimas semanas, las diversas corporaciones policiacas reportaron que niños han sido testigos del asesinato de sus padres o madres, incluso hay pequeños heridos en estos atentados.
Tres semanas atrás, en la colonia Riberas del Bravo uno de los cuatro hijos de un hombre suplicó a los sicarios que no asesinaran a su padre.
Tal vez la petición del niño salvó su vida, la de sus hermanos y su madre, pues los agresores dispararon contra tres hombres y luego se retiraron del lugar sin lastimar físicamente a los testigos.
Hoy los niños enfrentan situaciones totalmente adversas ante la violencia que se recrudece en la ciudad, consideró la psicóloga infantil Verónica Castillo.
La exposición de los menores a hechos violentos puede detonar estrés postraumático, por lo que es importante que la familia esté al pendiente de los cambios de conducta de los niños y les dé el valor real que tiene su salud mental, consideró.
“Cuando los niños son testigos de un evento violento, tienen como siete caminos posibles que pueden seguir para sanar. Cuatro de ellos son más positivos: que los niños sean resistentes; otro es la resiliencia que es cuando sufren un proceso de estrés pero la recuperación es más rápida; está el crecimiento postraumático que es cuando los niños tienen una recuperación acelerada y maduran y se hacen más positivos, otro es la recuperación prolongada, que es un poco más tardada pero se curan”, plantea.
Si los niños no sólo vieron este evento violento, sino que aparte viven una violencia o hechos violentos que se reproducen constantemente, pueden sufrir un estrés recurrente que se vuelve tóxico.
Esto deteriora su salud, su nivel académico, interrumpe su desarrollo y eso es lo que debemos prevenir porque si no afectará toda su vida, abunda Castillo.
“Los padres necesitan ver por las necesidades emocionales y físicas de sus hijos después de un evento traumático. Muchos padres están en la mentalidad de que como los niños están chiquitos se les va a pasar o se les va a olvidar, pero el trauma se les va a quedar para siempre y pueden revivir estos eventos al más mínimo estímulo o provocación”, dijo.
La especialista dijo que muchos padres están traumatizados a causa de la violencia y no se han dado cuenta, por ello, recomendó conocer los primeros auxilios emocionales para apoyar a sus hijos y buscar ayuda profesional para todos.

Los primeros auxilios para la prevención del trauma son:
 
1.- Checar las respuestas corporales del niño que fue testigo de un hecho violento
 
2.- Valorar la situación y no permitir que los niños regresen al juego inmediatamente. Es decirles algo así como “vamos a sentarnos un rato y a esperar que nos pase el susto”
 
3.- Cuando pase el shock, preguntarles cómo están y cómo se sienten, dejarlos que hablen de sus sensaciones
 
4.- No hacer tantas preguntas, esperar 3 a 4 minutos para que pase el susto
 
5.- Permitir que los niños lloren o tiemblen, no cortarles la emoción y que sepan que el adulto está aceptando sus emociones
 
6.- Tener confianza en la habilidad de los niños para que sanen
 
7.- Permitir que el niño descanse
 
8.- Atender las respuestas emocionales del niño


lsosa@redaccion.diario.com.mx

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