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Ven complicado proceso de pacificación del país

Martín Orquiz
El Diario de Juárez

2018-07-09

Pacificar el país, como ofreció el presidente electo de México Andrés Manuel López Obrador, será un proceso complicado con o sin amnistía porque existen muchos otros componentes para lograr ese objetivo, como el perdón de las víctimas, la reparación del daño y que el proceso se dé con justicia y dignidad.
Representantes de diferentes sectores sociales consideran que la propuesta es, en primer término, positiva, pero para llegar a otorgar absolución a presuntos victimarios debe darse el diálogo, la consulta y la reflexión entre los mexicanos de todos los niveles.
Incluso algunos consideran que la propuesta en realidad se queda corta para las necesidades actuales del país.

‘No hay que perdonar por perdonar’
Gero Fong, miembro del Movimiento Contra la Militarización, explicó que una amnistía tiene que aplicarse con justicia, dignidad y sentido social, no es perdonar por perdonar, sino absolver a aquellos sectores que no están inmiscuidos en el problema estructural de la violencia y que, hasta cierto punto, son víctimas.
Dijo que hay toda una generación que es utilizada por los cárteles y por el Estado en una “locura narcomilitarista”, en la que muchos jóvenes son víctimas.
“Es positivo que se den pasos en ese sentido, pero me parece que la propuesta que están presentando es muy corta”, comentó.
Omite, por ejemplo, a la Iniciativa Mérida y al Acuerdo de Seguridad Hemisférico contenido en la Alianza para la Seguridad y la Prosperidad de América del Norte (ASPAN), en los que Estados Unidos presta millones de dólares a México e incluso lo hace invertir en el Ejército.
Tampoco dice claramente que va a abrogar la Ley de Seguridad Interior, sólo que no la va a aplicar con fines represivos hacia la población. Un juarista no puede estar de acuerdo con una ley que legaliza un Estado de excepción, comentó.
Además, se habla de retirar el Ejército de las calles paulatinamente, mientras se profesionaliza una Policía con mando único, pero sólo cambiará de uniforme y seguirá comandada por militares.
También ignora otras alternativas, como la seguridad ciudadana, las autodefensas y las policías comunitarias.
El nuevo Gobierno, dijo, escuchará a los grupos sociales porque es progresista y tiene formas menos clasistas, pero no todo depende de eso porque si bien escuchará a las víctimas, lo hará de la misma forma con los empresarios y Estados Unidos.

‘Hay matices que tienen que reflexionarse’
El presbítero Oscar Enríquez, portavoz del Centro de Derechos Humanos Paso del Norte, consideró la intención de López Obrador al proponer una amnistía a nivel nacional con el propósito de una reconciliación como positivo, pero hay una gran cantidad de matices que tienen que discutirse y reflexionarse.
“Entiendo que la amnistía no va en un perdón absoluto, olvidarse de los grandes crímenes o delitos, tiene que ser fruto de mucha reflexión y diálogo”, declaró.
Los integrantes de Paso del Norte están convencidos que hay infinidad de personas presas por delitos pequeños como tráfico de droga, consumo y venta en cantidades mínimas que requieren un acercamiento jurídico y ético, lo que puede facilitar un proceso de reconciliación.
No es un perdonar, dijo, sin calcular el tamaño o la dimensión de las faltas porque no se trata de perdonar a los grandes traficantes y sacarlos de la cárcel.
“Veo con buenos ojos un proceso de amnistía que lleve a una reconciliación social más fuerte y profunda, pero hay que reflexionar qué los lleva a cometer esos delitos no tan graves que requieren cierta reconciliación social, pero tiene que ser fruto del discernimiento”, comentó.

‘Los mexicanos saben perdonar’
Para el derechohumanista y diputado electo por Morena, Gustavo de la Rosa Hickerson, una amnistía en México es posible por toda la tradición cristiana que se vive en el país, lo que genera una gran tendencia al perdón y a considerar que los brazos ejecutores sólo son títeres de los que mueven el hilado.
“La noción de perdón es muy fácil, los familiares lo que quieren es que les reparen el daño, no es que sean interesados, sino que es preciso que el Estado acepte que sufrieron un daño al perder a algún familiar, hecho que será compensado con satisfactores que no tienen”, dijo.
“La reparación del daño ayuda mucho al perdón. Dada nuestra idiosincrasia no es difícil que se perdonen a los brazos menores, existe más ira y coraje contra los jefes”, mencionó.

morquiz@redaccion.diario.com.mx

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