Martin Orquiz/
El Diario de Juárez
Con cuidado para evitar tropezarse con el nudo de cables que sobresale del escombro tirado en la banqueta de la intersección de las avenidas Oscar Flores Sánchez y Cesáreo Santos, Gerardo Magallanes Torres voltea hacia atrás para asegurarse también de que ningún automóvil lo golpee cuando baje a la carretera para evadir los restos de material.
“Es un riesgo pasar por aquí, los carros no se detienen, es una calle principal”, comenta.
A 10 días del incendio de la distribuidora de productos automotrices que se ubicaba en ese lugar, las banquetas de ambas vialidades se encuentran clausuradas debido al riesgo que existe de que el escombro vaya a caer sobre alguna persona, pero los peatones deben ponerse en peligro al bajar a la calle para poder atravesar ese punto.
Aunque ya se dio la instrucción a la empresa de que derrumbe las paredes que quedaron en pie y retire el escombro del lugar, los trabajos podrían llevarse a cabo hasta la semana que entra, comentó el director de Protección Civil Municipal, Efrén Matamoros Barraza.
Mientras, los peatones deben arreglárselas para atravesar por el lugar.
Gerardo, quien habita a unas cuadras del sitio, menciona que ya pasaron muchos días desde que ocurrió el incendio, por lo que las autoridades ya deberían hacer algo al respecto, al menos retirar el escombro que permanece invadiendo el paso para las personas.
Las aceras por ambas vialidades están medianamente resguardadas con cinta amarilla, de la que dejaron las autoridades cuando estuvieron trabajando en combatir el incendio la mañana del pasado 26 de junio.
Pero la gente tiene que pasar por ahí, así que debe sortear escombro, cables y una malla ciclónica, todo tirado sobre la banqueta, principalmente en la de Óscar Flores Sánchez.
“Hay veces que el camión nos deja casi arriba del escombro, ahí tiene que andar uno brincando para llegar a la parte buena de la banqueta”, mencionó Juanita Fermín, otra habitante del sector.
Solicitó a las autoridades, “a las que sean”, que acudan a limpiar el lugar o que obliguen al dueño a hacerlo antes de que alguna persona resulte lastimada.
Matamoros Barraza comentó que la tardanza para levantar los restos puede deberse a los trámites que realiza la empresa Gonher, dueña de la distribuidora, con la compañía de seguros.
La dependencia, por su parte, ya le envió un oficio para notificarle que a la brevedad posible debe derrumbar lo que quedó en pie del edificio y retirar el escombro.
“Lo que está del lado del terrenos baldío se está cayendo, ya urgimos a la empresa para que haga limpieza lo más pronto posible para evitar molestias y riesgos, ahí está cerrado por seguridad, los muros están en riesgo de caer, por eso estamos exigiendo al propietario que lo más pronto posible tumbe y limpie”, declaró.
El jueves, agregó, hubo una reunión entre varias dependencias, aunque faltó Profepa, para analizar la remediación, que es un concepto para definir la evaluación sobre las acciones de limpieza, si se están realizando de forma correcta y se cumple con la norma y los requisitos establecidos.
El edificio se incendió a consecuencia de chispas de soldadura que cayeron al material inflamable cuando trabajadores hacían reparaciones al techo, indica información recabada en el lugar de los hechos el mismo día del suceso.
Respecto a las demandas de los vecinos, Matamoros Barraza empatizó con ellos.
“Tienen razón, es la realidad, caminar por la calle es inseguro, lo mejor es la banqueta, para eso es. Estamos preocupados por eso”, comentó. (Martín Orquiz / El Diario)
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