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Tienen tatuada la idea del sueño americano

Luz del Carmen Sosa/
El Diario de Juárez

2018-06-22

“En memoria de mi ma Eveline”. La frase en tinta negra que se tatuó Mario en el antebrazo izquierdo en honor a su abuela es imborrable.
“Sólo que me arranquen el brazo me lo pueden quitar”, dice el connacional originario de Durango que recién llegó a Juárez en su intento por llegar a Estados Unidos y de momento permanece en Casa del Migrante, donde le ofrecen alojamiento temporal.
Intenta llegar a California donde está su familia, de la que fue separado tiempo atrás al ser deportado.
“La idea del sueño americano la tienen prácticamente tatuada. Nada los hace cambiar de opinión”, dice Blanca Rivera, administradora del albergue y quien reporta un aumento de migrantes mexicanos y extranjeros, todos ellos deportados o rescatados en tránsito.
“Ni el muro ni la separación de las familia parece impactar la idea de llegar a Estados Unidos, son personas que harán lo posible por estar ahí porque no tienen otra opción. Mucho, la gran mayoría viene huyendo de la violencia de sus lugares de origen y ese país representa una nueva y mejor vida”, dice la activista social.
Numerosos grupos de connacionales repatriados llegan a diario y el personal debe estar preparado para ofrecer alimentos, camas, ropa y artículos de higiene personal, todo para que tengan a la mano comida caliente, un buen baño y un sitio limpio dónde dormir.
“A pesar del presidente Trump vemos un nivel más alto de personas en busca de asilo político o de ingresar sin documentos a Estados Unidos. Los inmigrantes traen bien tatuado, así lo podríamos decir, el sueño americano y estas formas de Trump de incitar a la que dejen de pasar a Estados Unidos no han impactado”, asegura.
Para la derechohumanista, la separación familiar es un fenómeno que siempre ha existido, aunque ahora se ha radicalizado al llagar a confinar a niños en jaulas, lo que ha recibido la condena internacional.
Las personas que vienen a pedir asilo político vienen con más miedo, todos sabemos que vienen huyendo de la violencia de sus lugares de origen, que ya no hay mayor opción para ellos, lo que no saben es que al iniciar el trámite en Estados Unidad se va a separar a la familia, que los niños irán a centros de detención lejos de los padres, plantea.
Como Casa del Migrante tratamos de hacer conciencia en ellos de lo que les espera al cruzar, si logran entrar a pedir el asilo, pueden ser separados de sus hijos, explica.
“¿Hay miedo? Sí, sí hay, todos lo manifiestan, pero ellos confían en Dios, que va a estar con ellos y si logran entrar, confían en que las cosas van a estar a favor de ellos con Dios de su parte. Que ha incrementado el migrante en tránsito como deportado, sí, estamos hablando de que a diario Estados Unidos está deportando por Juárez a 100 connacionales, si no es que más”, dice Rivera.
Para Mario esta cifra no es intimidante. Su deseo es ingresar al vecino país y reunirse con su madre y su hermana.
Explica que Juárez no era su destino pero en Chihuahua, a donde llegó a trabajar para juntar el dinero suficiente que le permitiera llegar a Ciudad Obregón y de ahí a Tijuana, unos policías municipales lo despojaron del dinero que tenía y sólo le dejaron lo suficiente para llegar a Juárez.
Pero los tatuajes que se hizo de adolescente ahora lo ponen en riesgo al saber que aquí lo pueden identificar con una pandilla sin serlo y prefiere mejor esperar para tener el dinero que le permita lograr su sueño de llegar a los brazos de su madre.  

lsosa@redaccion.diario.com.mx
 

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