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La increíble historia de un juarense que volvió a nacer

Antonio Flores Schroeder

2018-05-24

César Sánchez tuvo la suerte de volver a nacer. Su historia es como la de una película hollywoodense y es casi imposible de creer, de no ser por las pruebas fotográficas y de las siete cirugías a las que fue sometido en sólo 20 días.
Su nueva historia inició el pasado 23 de enero. Trabajaba como cualquier otro día en roofing. Junto a varios de sus compañeros colocaba un techo en el tercer piso de un edificio, localizado en el oeste de El Paso, Texas.
Eran las 10:00 horas y aunque el sol brillaba en lo alto, hacía frío. César, de 28 años, carecía de equipo de seguridad obligatorio para ese tipo de actividad, el cual el supervisor de la compañía no le proporcionó en ese día.
¨Llegué muy temprano, como a las siete treinta de la mañana y esperé a que llegaran los demás. Hacía un poco de frío y me quedé en la camioneta, hasta que llegaron¨, recuerda Sánchez ciento veinte días después del accidente.
Su patrón, como César lo llama, se retiró de la vivienda que iba a reparar. Fue por una cuerda para Sánchez.
Luego de casi dos horas de quitar el techo podrido para instalar el nuevo, el ¨jefe¨ ordenó por teléfono que no lo retiraran, que sólo pusieran el papel negro y así fue.
¨Andábamos jalando rápido y no me acordé que andaba cerca de la orilla y seguí haciendo mi trabajo con el papel negro, y de repente mi pie ya estaba en el aire¨, relata.


Cerró los ojos y cuando los volvió a abrir empezó la caída de 10 metros.
¨Intenté agarrarme de algo y ya no pude, después giré mi cuerpo porque iba a caer de cabeza y sentí cómo se movió todo el cuerpo¨, agrega aún con el dolor que le cala hasta los huesos.

En la caída su cabeza se estrelló con un aparato de refrigeración que estaba en el exterior de una ventana del inmueble.
Despertó cuando ya estaba en el piso. Por suerte o milagro, no estaba muerto. Quiso levantarse pero no pudo. Tenía quebrada la cadera.
¨Llegó mi compañero y le dije que me levantara para terminar el trabajo, yo todavía con la adrenalina¨, dice.
Otro de los trabajadores pidió que no lo movieran y alguien llamó a la ambulancia.
César sacó el celular de su bolsa porque nadie traía otro para hablarle a la ambulancia. Pero no sólo eso, todavía pudo desbloquearlo para que marcaran a rescate y a su esposa.
¨A los 5 minutos llegaron los bomberos y uno de ellos empezó a hablar conmigo de muchas cosas. Luego llegaron los paramédicos y me hicieron varias preguntas¨, rememora con una claridad inmejorable.
Pasó menos de un minuto y lo levantaron en una sábana para subirlo a la ambulancia, donde otro paramédico no lo dejó dormir.
A las diez con veinte ya estaba en el Hospital Thomason. El accidente ocurrió en el noroeste de El Paso, cerca de la carretera hacia Alamogordo. La rapidez con la que actuaron los paramédicos fue vital.


A las diez de la noche despertó y ahí empezó su dolorosa travesía. Siguieron tres cirugías urgentes: la del cráneo, la pelvis y el fémur.
"Duré 10 días internado y en casa tuve una cita para que me quitaran las grapas y los puntos, y cuando me revisaron, se me abrieron dos heridas que tenía en la espalda por una infección y me mandaron otra vez al hospital¨, explica.

Luego vinieron otras cirugías, una hemorragia y otras complicaciones.
A 16 semanas del accidente todo ha cambiado. La empresa para la que trabajaba no se hizo cargo de los gastos. La familia fue quien lo sacó adelante. 

Más cerca de Dios
¨Me cambió la vida y mi recuperación fue increíble, sí creía en Dios pero ahora más, no podía ni hacer del baño, todo lo hacía con aparatos.
Hoy después de dejar la silla de ruedas ya usa andador. Puede ver la tele en el sillón de la sala. Acude a las funciones de la lucha libre y camina tranquilo por las calles de la colonia San Antonio de Ciudad Juárez.

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