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Usan fines de semana para salvar vidas

Fernando Aguilar/
El Diario de Juárez

2018-05-08

Un equipo de casi 80 voluntarios son actualmente el alma de la Cruz Roja de Ciudad Juárez, donde entregan su tiempo libre para atender emergencias y muchas veces, salvar vidas.
Su servicio a la comunidad ha llenado su vida de experiencias que algunos de ellos recuerdan, al celebrarse el Día Mundial de la Cruz Roja.
Hace casi tres años, Javier Martínez Miranda se enfrentó a una tarea titánica: llevar a recibir atención médica a una persona que convalecía en un pequeño cuarto, situado en el tercer piso de una vivienda.
Por sus limitadas condiciones de espacio, el sitio donde estaba era inaccesible para que él y su equipo entraran con una camilla a recogerla, de modo que hubo que recurrir a una drástica solución.
“Tuvimos que tumbar una ventana y por medio de sistemas de cuerdas, bajar a la persona en la camilla”, recuerda el paramédico de 41 años.
Más recientemente, a Carlos Mendoza Almuina, de 35 años, adiestrador de perros desde hace 16, también le tocó realizar una ardua labor.
Junto a un ejército de personas y una perra de nombre Lluvia, él coordinó una de las tantas búsquedas que se organizaron en el fraccionamiento Riberas del Bravo, por el niño James Camacho que finalmente fue localizado sin vida.
Aunque ellos dos dedican su tiempo a diferentes actividades, las historias de Javier y Carlos confluyen en su altruista labor.
Ambos son voluntarios de la Cruz Roja de Ciudad Juárez y entregan por completo cada uno de sus fines de semana a prestar un servicio por el que no reciben retribución económica, pero sí mucha satisfacción.
Como ellos hay cerca de 80 que desempeñan alguna función en el área de Socorro de la institución, explica Mario Carmona, director de la Cruz Roja en la localidad.
Otros 500, dice el responsable de la organización, también forman parte de las filas, aunque ellos hacen otro tipo de actividades de corte asistencial cuando así es requerido.
Javier no sólo es paramédico, es ingeniero en Sistemas y trabaja en una empresa de la ciudad.
Con 13 años de experiencia dentro de la Cruz Roja, este hombre cumple vitales asignaciones en las áreas de capacitación, ambulancias y rescate urbano.
Javier trabaja a contrarreloj: dispone de sólo 20 minutos para ofrecer su servicios, de modo que su labor no es fácil.
“Es un trabajo difícil. No es nada más llegar en la ambulancia, revisar al paciente y vámonos. Aquí pasamos más tiempo en el lugar; debemos estabilizarlo más a tiempo y si son pacientes que están graves, se dificulta un poco más la rapidez de la atención”, dice.
Los dos voluntarios de la Cruz Roja tienen en común la gran cantidad de horas que consagran a la labor sin remuneración.
Javier presta sus servicios todos los sábados y domingos entre las 8:30 de la mañana y las 9:30 de la noche, en tanto que Carlos llega los viernes en la noche y se va sólo hasta el domingo hacia las 7 de la tarde o el lunes por la mañana.
“Prácticamente vivo ahí en la Cruz Roja”, comenta Carlos, estudiante de la carrera de Veterinaria y adiestrador canino.
Voluntarios como ellos celebraron ayer el Día Mundial de la Cruz Roja con la formación de una enorme cruz en las inmediaciones del estadio 20 de Noviembre. (Fernando Aguilar/El Diario)
faguilar@redaccion.diario.com.mx

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