Itzel Ramírez/
El Diario
Los montones de desechos que ardieron desde el miércoles son todo tipo, pero tienen un común denominador: provienen de líneas de producción de maquiladoras de Ciudad Juárez.
Foxconn, Bosch, Johnson Controls y Eaton son algunas de las marcas que se leen entre las toneladas quemadas.
Se reconocen también cientos de tiras que debieron ser usadas por la maquila para la envoltura de dulces de marcas americanas. Cajas, bridas de plástico, órdenes de compra, sobres en los que se enviaron de urgencia componentes de máquinas asoman entre los montones.
Aun con normas y controles ambientales que, se supone, deberían asegurar el correcto manejo de toneladas de desecho, la realidad es contraria con tiraderos al aire libre que agrupan materiales altamente contaminantes y peligrosos para la salud y el ambiente.
Lo sostiene así María de Lourdes Romo, investigadora del Colegio de la Frontera Norte y especialista en temas ambientales.
“Lo que estamos viendo en la ciudad es que hay una emergencia que hay que atender para pronunciarse y actuar en consecuencia. El impacto de este tipo de situaciones es ambiental y de salud, sin tomar en cuenta el aspecto urbano”, indicó la académica.
Autoridades como la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente y la Dirección de Ecología del Municipio deben, cuanto antes, sostener reuniones extraordinarias para evaluar la aplicación de la normatividad y la situación de los predios que, como el incendiado, mantienen desechos al aire libre sin los requisitos necesarios, sostuvo Romo.
“Es preocupante porque vemos que no hay aplicación de la normatividad en las recicladoras. Hay que revisar cuál es la manera en la que se depositan esos residuos porque terminan filtrándose en el suelo y el subsuelo, quemándose y es un gran impacto”, dijo.
La académica considera que en una ciudad como Juárez, que ha crecido alrededor de la actividad industrial, la aplicación de la Ley General para la Prevención y Gestión Integral de los Residuos se vuelve prioritaria.
A juzgar por las 8 mil pacas quemadas y las miles que quedan en ése y otros predios de los alrededores, la ley queda en letra muerta.
El fuego que por más de 50 horas acabó con lo que pudo dejó como constancia hasta archivo muerto de las maquilas: reportes de inspección de Johnson Controls y órdenes de rastreo de envíos para Eaton provenientes de El Paso.
Entre las miles de pacas ennegrecidas se aprecian incluso bolsas de irrigación y otras más de drenaje urinario, desechos que califican de Residuos Peligrosos Biológico Infecciosos (RPBI).
Las manchas de aceites que se perciben en los charcos dejados por el agua usada para sofocar el incendio dan muestra de la cantidad y variedad de los residuos vertidos en el tiradero.
“Precisamente ahí (en los líquidos que drenan del desperdicio) se puede percibir que en ese tipo de predios hay residuos varios, incluso puede que todos los CRETIB”, explicó Romo.
La académica se refiere a las siglas de los desechos considerados peligrosos: Corrosivo, Reactivo, Explosivo, Tóxico, Inflamable y Biológico infeccioso.
El predio donde ocurrió el siniestro no es un caso aislado. Justamente enfrente hay otro terreno con desecho de las mismas características: pacas infinitas de hule y tela para asientos de automóviles, hojas, cartones y envolturas.
iramirez@redaccion.diario.com.mx