Javier Olmos/
El Diario de Juárez
El Centro de Derechos Humanos Paso del Norte avizoró que la ola de repatriaciones esperada desde la llegada de Donald Trump a la Presidencia de Estados Unidos pueda presentarse ahora sí, una vez que han tomado forma las acciones antiinmigrantes con la militarización de sus fronteras.
Eso, dijo el director de la organización Óscar Enríquez, podría generar un problema social en las fronteras mexicanas, como Ciudad Juárez.
“Hay una dinámica de repatriación y algunos se quedan por aquí, eso es lo que pudiera agudizar algún tipo de problemática social, si hubiera números más grandes”, anotó el también padre religioso.
La preocupación de asociaciones civiles que defienden a los migrantes creció en los últimos días con el anuncio de la llegada de la Guardia Nacional al sur del país vecino.
El martes, el fiscal de EU, Jeff Sessions, amagó incluso con enjuiciar a quienes crucen ilegalmente sus fronteras.
Aunque en febrero pasado el número de repatriaciones por esta frontera creció en relación a enero, las expulsiones de migrantes de Estados Unidos son relativamente bajas en comparación con el mismo período del año pasado.
Enero registró 317 deportaciones de mexicanos contra las 550 de febrero; en contraste, enero de 2017 tuvo 529 repatriaciones mientras que febrero 421. La estadística de este año a febrero es la más reciente.
Para la Casa del Migrante, sin embargo, el número de deportaciones no está ligado directamente con la cantidad de migrantes que llegan a esta frontera con miras a cruzar el desierto rumbo al país del norte.
El pasado jueves 6 de abril, Blanca Rivera, administradora de la organización civil, dijo que pese a las advertencias de Trump de poner mano dura a la migración ilegal, se ha notado que los traslados de migrantes a la ciudad son más frecuentes y nada les frena el interés de cruzar a EU.
Estimó que incluso la migración en esta localidad ha crecido un 15 por ciento en relación al mismo período del año pasado pues, según sus cálculos, de enero a marzo de 2018 llegaron a Juárez unos 2 mil migrantes del sur de México y de países centroamericanos.
El gobierno norteamericano sostiene que la inmigración trae consigo una serie de peligros que pesan sobre la seguridad nacional: el crimen organizado, la prevalencia de nuevos y potentes narcóticos y el presunto incremento en los cruces ilícitos por parte de inmigrantes.
El director del Centro de Derechos Humanos Paso del Norte sostuvo que la migración es un derecho humano y que las acciones de Trump son retóricas y representan un símbolo que refleja una mentalidad racista, que busca la supremacía blanca en su país.
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