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Entre el abandono oficial y la tragedia humana

Fernando Aguilar/
El Diario

2018-04-07

Yajaira es una adolescente de 14 años que reposa en una cama de hospital desde que el miércoles por la tarde sufrió una descompensación que la puso en un estado delicado.
Su salud es frágil, explica su madre, Mary, quien sin poder hallar la calma, es incapaz de percibir el final de este suplicio.
Presa de una grave insuficiencia renal de la que una malformación congénita en sus riñones es responsable, la menor ha ido a parar al hospital dos veces en menos de ocho meses sin la protección de ningún seguro de salud.
Los riñones de Yajaira no cumplen la función que deberían, de modo que un catéter, una bolsita y una solución especial que actúan cada tres horas al menos nueve veces cada día los reemplazan mientras ella espera la posibilidad de recibir uno nuevo.
La historia de esta familia permite ilustrar cómo la falta de un programa público de esta naturaleza obliga a las personas a vivir en el permanente desasosiego.
Mientras esfuerzos privados impiden que muera por completo en Ciudad Juárez, la agonizante actividad de trasplantes se mantiene en el ámbito público completamente detenida en esta frontera desde 2015.
El rezago es tan grande que las autoridades locales ni siquiera saben cuántas personas necesitan un órgano, pues, afirman, la lista de espera debe ser actualizada otra vez.
De hecho, desconocen incluso si quienes en su momento aguardaban hoy siguen o no vivos, como señala Alfonso Luján Reyes, director del Centro Estatal de Trasplantes (Ceetra).
El responsable de esta unidad explica que, hace tres años, el Comité de Trasplantes del Hospital General recibió “la indicación por parte de las autoridades de aquel entonces de parar actividades”.
Como resultado, por lo menos 15 pacientes se quedaron entonces sin la posibilidad de recibir el órgano que necesitaban, cifra ofrecida por este médico.
Aunque se trata de un procedimiento común, la solución al mal que la aqueja no existe sin costo en la ciudad.
“A nosotros lo que nos urge es un trasplante, porque la niña se descompensa cada vez más”, detalla Mary. “Tiene uno que tener dinero para hacer eso. Aquí no hay posibilidad de ningún trasplante”.
Hasta hoy, la versión oficial atribuye esta suspensión a la falta de insumos y medicamentos para realizar estas actividades, pero, sobre todo, al emblemático caso de Perla, una adolescente de 14 años sometida a un fallido trasplante de riñón.
De forma extraoficial, funcionarios de la actual Secretaría de Salud de Chihuahua responsabilizan a la prensa en virtud de que en aquel tiempo, alimentó en sus soportes una cadena de desinformación de la que el programa público no pudo salvarse, todo supuestamente por una acepción mal entendida de un vocablo.
De acuerdo con estas versiones, los medios ‘hicieron creer’ a la gente que autoridades del Hospital General habían perdido el riñón de Perla como si lo hubieran extraviado, cuando lo que sucedió, refieren, fue que el caso es el que se había perdido en el sentido de que fracasó.
Datos del Ceetra indican que entre el 1 de enero y el 31 de diciembre del año pasado, tan sólo 2 de los 31 trasplantes realizados en la entidad fueron practicados en esta frontera.

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