Local

Aumenta 10 veces consumo de drogas

Fernando Aguilar/
El Diario

2018-04-07

Pese a la estrategia de “combate frontal” al narcotráfico en el país, el consumo de sustancias ilegales entre la población que reside en Juárez ha experimentado un crecimiento exponencial en los últimos años.
Prueba de ello es que la demanda de atención a las adicciones en el ámbito público creció 10 veces entre 2010 y 2017, revelan datos del Sistema Nacional de Información Básica en Materia de Salud (SINBA).
Arturo Valenzuela Zorrilla, director médico de la Secretaría de Salud de Chihuahua, explica que estas cifras no necesariamente reflejan un incremento en el consumo, toda vez que, afirma, pueden evidenciar también que las unidades captan hoy más usuarios que antes.
Pero desde otras posiciones, voces expertas de la sociedad civil consideran que los datos hablan de un importante incremento en el consumo de drogas.
Además, las estadísticas oficiales apuntan no únicamente a que las estrategias han sido incapaces de frenar tales hábitos; también documentan cómo en los últimos 7 años, lapso que llevan en operación los CAPA, las drogas que motivan a las personas a buscar la atención se han diversificado.
Para Hernando Ponce Luévano, director de la red de centros de rehabilitación Ave Fénix, es un hecho que la presencia de estas sustancias ilícitas ha cobrado fuerza entre las personas hasta el grado de que ha traído consigo un creciente número de adictos.
Una muestra de lo anterior, refiere, es que 7 de cada 10 personas que reciben atención en la organización que encabeza llegaron a ella como producto de su dependencia hacia las metanfetaminas.

‘Fracasa estrategia Todos Somos Juárez’
Tras los efectos de la lucha contra el narcotráfico establecida en el sexenio del expresidente Felipe Calderón Hinojosa, la primera política específica anti adicciones surgió desde el programa “Todos Somos Juárez, Reconstruyamos la Ciudad”.
Madre de los actuales CAPA, la iniciativa fue la respuesta de Calderón Hinojosa a la crisis de violencia, drogas e inseguridad que imperaba en esta localidad fronteriza hacia 2010.
Se trataba de una serie de 160 acciones que la Federación anunció que realizaría a lo largo del año para mejorar la calidad de vida de quienes habitaban en Juárez.
De estos compromisos, 40 eran aspecto de salud como adicciones, salud mental, prevención y promoción de la salud, cobertura e infraestructura física.
Entre otras cosas, la estrategia buscaba atacar el problema que entonces ya representaba el consumo de las sustancias ilícitas como una especie de plan de rescate.
De hecho, como lo consignan archivos periodísticos, la Mesa de Salud que formaba parte de tal propuesta informaba en ese momento que en Ciudad Juárez vivían al menos 49 mil personas adictas a distintas drogas no permitidas y otras 400 mil que estaban en riesgo de comenzar a tomarlas.
Hoy, 7 años después de aquellos discursos oficiales de ánimos conciliadores surgidos en el marco del dolor y la ira de las madres y los padres que perdieron a sus hijos en la masacre de Villas de Salvárcar, activistas consideran que todo aquello fue un fracaso.
María Teresa Almada Mireles, directora de la asociación Casa Promoción Juvenil, está convencida de que la urgencia que tenía el Gobierno federal de ofrecer resultados inmediatos trajo como consecuencia que las políticas que puso en marcha carecieran de fondo.
“De hecho, parte del problema por el que ha crecido el consumo es que la misma guerra contra el narco dejó muchísimo dolor y sufrimiento. Muchos de los chicos que quedaron huérfanos, que vivieron la violencia, muchos son consumidores hoy. La guerra dejó mucho sufrimiento, que es lo que lleva a una persona al consumo”, afirma.
Por esta razón, considera Almada Mireles, para que en verdad hubiera funcionado, las líneas de acción en salud de “Todos Somos Juárez” debieron girar en torno a una estrategia de intervención enfocada a entender y atacar las causas del sufrimiento de niños, niñas y adolescentes.
Para la profesora universitaria, todo lo anterior muestra que las autoridades tienen una visión equivocada que coloca el poder en las sustancias de tal modo que se cree que entre mayor sea el número de toneladas incautadas de una droga determinada más grande será el impacto sobre su consumo.
“La idea de que se trabajaba para que la droga no llegue a tus hijos –el eslogan de la campaña de Calderón Hinojosa– es falsa porque hoy la droga está en todas partes”, dice. “El problema es cómo generamos mecanismos de fortalecimiento que puedan permitirnos disminuir la demanda de las sustancias”.
Las estadísticas sobre las drogas de impacto muestran que en los últimos 3 años, Juárez ha sido el tercer municipio del país con mayor número de atenciones en los CAPA, sólo detrás de León y Pachuca de Soto.
El criminólogo Óscar Máynez Grijalva, uno de los expertos invitados en su momento a participar en las mesas de trabajo de la estrategia, tiene una opinión negativa sobre esta política a la que califica como una mera “campaña de propaganda política para limpiar la imagen de Calderón”.
“Nunca se atacaron los problemas de raíz que tienen que ver con la infinidad de niños y jóvenes sin oportunidades”, considera. “Tampoco los de la corrupción a todos los niveles, ni los de la mala planeación de la ciudad. La estrategia no funcionó y no tenía por qué funcionar porque no era nada”.

Consumo entre adolescentes
Un hecho que puede mostrar cómo la penetración de ciertas drogas ha cambiado a lo largo del tiempo es que el Sinba comenzó a detallar qué tipo de sustancia era la droga de impacto hasta 2017, pues, entre 2010 y 2016, todas aparecen en el concepto de “otra droga”.
Especialistas explican que una droga de impacto es aquella que las personas identifican como la que más capacidad tiene para causarles daño hasta el punto de tener que buscar atención.
La fuente estadística de la Secretaría de Salud federal revela que, del universo de 4 mil 460 usuarios de los CAPA de Ciudad Juárez el año pasado, la mariguana fue la sustancia de impacto de 297 mujeres de 12 a 17 años y de 36 de entre 18 y 49 años.
También indica que las metanfetaminas lo fueron de 32 niñas y adolescentes de entre 12 y 17 años y de una mujer de los 20 a los 29.
De la misma manera, los inhalables y solventes fueron la droga de impacto de 62 menores de 12 a 17 y la de dos mujeres del resto de las edades.
La cocaína llevó a cinco niñas y adolescentes de 12 a 17 a buscar atención y a ocho de las otras edades.
El Sinba detalla que en el caso de los hombres, la mariguana fue la droga de impacto de mil 104 de entre 12 y 17 y la de 461 varones de edades que oscilan entre los 18 y los 60 años.
El sistema muestra que las metanfetaminas llevaron a la atención a 33 menores y a 18 adultos; los inhalables y solventes a 26 menores y 14 adultos, y la cocaína a seis menores y a 85 adultos.
José Refugio Salazar Montes, presidente del Colegio de Psicólogos de Chihuahua en Ciudad Juárez, considera alarmante el hecho de que las estadísticas sean encabezadas por menores de edad.
Para el psicólogo, ello es resultado de que los programas han carecido del suficiente empeño en el aspecto de la prevención.
“¿Qué tanto aumentó el consumo?”, se pregunta el director médico de Salud en Juárez. “Eso es muy difícil de saber. No podemos tener una cifra cierta. La percepción es que ha aumentado. ¿Cuánto? Es difícil conocerlo”.
Pese a esa postura, Valenzuela Zorrilla reconoce que en la frontera hay “un gran problema de adicciones” que incluye también al alcohol y el tabaco.
Un paso hacia la solución, cree el médico, es comenzar a concebir el consumo de drogas más como un problema de salud que como uno de seguridad.
“El consumo no se reduce a balazos. La prohibición que ha hecho la ONU (Organización de las Naciones Unidas) de las sustancias que alteran la consciencia está comprobado que no funciona. Habrá que ver de qué manera le hacemos como sociedad para que nuestro país consiga la reducción de todas las sustancias”, considera.

faguilar@redaccion.diario.com.mx

X