Karen Cano/
El Diario de Juárez
En seguimiento a una de las devociones más arraigadas entre la comunidad católica, cientos de personas se dieron cita en la Catedral de la ciudad, para dar besos, palabras de aliento y oraciones a la efigie de la Virgen de los Dolores.
“Es muy bonito venir a darle el pésame, porque también nosotros nos sentimos tristes estos días”, dijo Felipe Cortez, de 48 años, uno de los asistentes de esta actividad, ayer.
Dijo que a pesar de que en un inicio invade la tristeza por saber lo que pasó con Jesucristo, después llega la alegría al saber que resucitó.
“Todos los que los sigamos vamos a estar con él algún día. Y eso es bonito”, expresó.
El Pésame a la Virgen es una celebración que tiene lugar después del Viernes Santo, es decir, una vez que Jesucristo ha sido crucificado y su madre requiere de consuelo.
Durante la actividad, se reza la oración de la Corona de los Siete Dolores, la cual consiste en la remembranza de lo que sufrió María, culminando con la pasión, muerte y sepultura de su hijo.
Desde que lo presentó al templo y Simeón le hizo la profecía de que éste estaba puesto para ruina y resurrección de muchos en Israel; hasta el último dolor, cuando presencia su sepultura, según la Biblia.
Cada uno de los 7 dolores es leído y seguido con padres nuestros y aves maría.
Al finalizar, se permite que las personas hagan fila y se acerquen a la efigie a besar el vestido negro que porta y darle algunas palabras, o santiguarse.
Mientras que algunas personas no resisten el llanto, otras como Felipe dicen sentirse reconfortadas.
La ceremonia se realizó a las 10 de la mañana de ayer. Hoy a las 12 del día, durante el Domingo de Pascua, en la Catedral se realizará una misa en la que se dará la bendición papal.
“Estamos facultados para dar esta bendición en nombre del Papa tres veces al año. Una es el 12 de diciembre, otra el 25 en la Navidad, y otra este Domingo de Pascua”, explicó José Guadalupe Torres Campos, obispo de la Diócesis de Ciudad Juárez.
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