Abril Salgado/El Diario
2018-03-30
Un sacerdote católico de origen surcoreano llegó a la frontera desde el jueves para vivir la intensidad del Viacrucis que se realizó ayer en Anapra organizado por la comunidad de la Parroquia Corpus Christi.
Ordenado en Corea del Sur y misionero columbano en Perú, el padre Che U Chu, llamado Felipe en honor a su Santo de pila, pidió una oportunidad para sentir el fervor de la fe católica mexicana y conocer la cultura.
Explicó que actualmente en Corea no hay Viacrucis, sino que se reúnen en el templo y se hacen pocas estaciones, por lo que ver a la gente caminando todos juntos en procesión le pareció impresionante.
“Me gusta esto, por nuestro cuerpo, por expresión; pero en la iglesia coreana no quiere expresar realmente nuestra naturaleza, nuestra agonía”, mencionó.
Dijo que, por fortuna, Corea aún cuenta con vocación pero que se vio iniciada por sangre de mártires, a diferencia de América Latina, donde vinieron extranjeros, pues ellos no contaban con una buena filosofía y algunos grupos optaron por irse a China para buscar una solución.
Sin embargo, por medio de libros de catecismo occidental, les enseñaron a conocer la iglesia de Jesús y encargaban sacerdotes sin conocer la estructura real de la Iglesia, situación que cambió al conocer el sistema y solicitaron a la sede un sacerdote.
“Pero fue muy difícil, durante casi 100 años de persecución, por eso casi 20 mil católicos murieron por su fe en Corea”, detalló.
De esa manera refiere que la sangre fue el medio por el que ahora Corea del Sur cuenta con aproximadamente 5 mil sacerdotes católicos.
El padre Felipe evangelizó durante los últimos seis años en Perú y dijo que espera el próximo año poder trabajar en la frontera, específicamente en la Parroquia Corpus Christi de Anapra, ya que puede sentir más la cercanía y el rostro de los humildes.
Expuso que donde él vivía vio más individualismo, y que en Corea también muchos católicos no son practicantes, además de tener un choque cultural en su llegada a Perú, porque los latinos enfocan la popularidad de la fe pero no siguen realmente el camino.
“Yo creo que el corazón del mexicano tiene buenas cosas, la devoción de Guadalupe, la historia, pero sin embargo, en otro lado, hay sombra, hay corrupción y menosprecio de la dignidad, un Dios de mercado; nuestra iglesia tiene que recuperar la voz profética y costumbre”.
Finalmente, señaló que en otras partes del mundo aún se mata en nombre de la religión y ese es el principal desafío de la Iglesia.
Che U Chu, misionero columbano, pasará Semana Santa en la frontera para posteriormente ir a Estados Unidos y volver a Corea donde tendrá que hacer los trámites de visa para después regresar y trabajar en la zona de Anapra. (Abril Salgado/ El Diario)