Karen Cano/
El Diario de Juárez
La primavera ingresará a la región mañana martes a las 10:15 horas, dando por concluida la temporada invernal.
La estación se origina cada año durante el equinoccio de marzo, el cual recibe su nombre debido a que el día y la noche tienen la misma duración.
Lo anterior fue informado a través de la página www.timeanddate.com, la cual es usada como referencia por miembros de la Sociedad Astronómica Juarense (SAJ) cada año.
A través de un recorrido por los principales parques públicos de la ciudad, así como las áreas verdes de la zona urbana, se puede apreciar que algunos árboles ya tienen flores y follaje.
Además, desde hace algunas semanas, los juarenses han podido constatar que la puesta del sol se retrasa de manera paulatina. A partir del equinoccio, esto será cada vez más evidente.
Francisco Ramírez, miembro de la SAJ, ha explicado anteriormente que este fenómeno ocurre en el instante preciso en que el Sol se ubica encima del ecuador terrestre, en su trayecto hacia el hemisferio norte, dando pie a que el día y la noche tengan exactamente la misma duración.
Y así, mientras en el hemisferio norte de la Tierra se estará pasando de invierno a primavera, en el hemisferio sur se origina el cambio de verano a otoño.
Otro de los cambios más significativos en la temporada primaveral es que retoñan las plantas y los árboles.
Además la fauna se reproduce y las temperaturas resultan más amigables para las aves silvestres que llegan de lugares fríos a disfrutar del clima.
Durante los últimos días, aunque han sido cada vez más templados, los juarenses han registrado lluvia y fuertes ráfagas de viento, lo cual es característico del cambio de temporada en la región.
De hecho, ayer la Dirección de Protección Civil declaró alerta amarilla debido a los ventarrones.
El titular de esta dependencia, Efrén Matamoros Barraza, dijo que ante esta situación, lo recomendable es conducir con precaución, encender las luces de los vehículos, evitar circular cerca de espectaculares, bardas y árboles que podrían colapsar, y no ingresar a fincas abandonadas. (Karen Cano / El Diario)