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El Diario
La sala de espera del edificio que por varios años fue custodiado por Arturo Ledezma Porras, asesinado la tarde del viernes, junto a Saúl Flores Lares, en un ataque perpetrado en pleno bulevar Óscar Flores, ayer permaneció en silencio.
El acceso de entrada a las unidades de investigación desde temprana hora lució un enorme moño negro en memoria del policías y el empleado administrativo.
“De Ledezma…recordaremos su buen humor. Su interés por los ciudadanos para que fueran atendidos en los módulos”, recordaron colegas del policía ministerial que reingresó a la Fiscalía General del Estado el 16 de enero del 2012 como agente ministerial.
El policía destacó entre sus colegas por su buen gusto para vestir.
Sus compañeros le preguntaban por “58 trajes”, ya que todos los días que acudió a laborar vistió impecable, con saco y corbata y zapatos de charol bien lustrado.
Las fuentes consultadas aseguran que Ledezma Porras recientemente solicitó su cambio de área por no estar conforme con el trabajo que desarrollaba como responsable de la seguridad del coordinador de Ministerios Públicos, Ulises Pacheco Rodríguez, quien acostumbraba a pedirle que llevara su ropa a la lavandería.
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