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Rastrean evidencias de James

L. Sosa/J. Olmos/
El Diario de Juárez

2018-02-23

Peritos especializados y el fiscal de la Zona Norte, Jorge Nava López, activaron ayer un nuevo rastreo, pero ahora en busca de evidencias del niño James Martin Camacho Padilla, de siete años, en los predios contiguos a donde se le localizó muerto.
“Vamos a seguir investigando para establecer qué sucedió en los días previos al hallazgo del cuerpo, hoy (ayer) se hizo trabajo en área contigua a donde fue encontrado y a simple vista se observa una guarda de concreto y en el interior cobijas y prendas”, dijo.
Los especialistas en ciencias forenses aseguraron dichas cobijas, ropa, algunos alimentos y botes de plástico con refresco y agua; toda la evidencia fue embalada y trasladada al Servicio Médico Forense (Semefo) para análisis que permitan establecer si el niño tuvo un contacto con esos objetos.
Los investigadores llegaron ayer poco después de las 11 horas y delimitaron el área con cordones de plástico, para luego caminar entre los terrenos recién desbarbechados.
“Hay que agotar todas las posibilidades. Se hizo un rastreo en busca de cabellos, fluidos, células de descamación y otra evidencia de que ahí estuvo el menor”, agregó el fiscal.
El trabajo pericial busca determinar lo que pudo haber sucedido en los días posteriores a la desaparición del niño con Trastorno del Espectro Autista (TEA), ocurrida el 21 de enero. Hasta el momento han ubicado dos lugares donde probablemente estuvo refugiado.
Uno de esos puntos es un tubo de concreto, de los utilizados para el sistema de drenaje, con un diámetro cercano al metro y medio, que se encuentra a pocos metros del lugar donde quedó el cuerpo de James.
En otro sitio inspeccionado por los peritos se obtuvieron muestras biológicas, se encontraron dos cobijas y objetos que pudieran haber sido del menor, es un pequeño cuarto construido de bloques de concreto, también cercano al lugar.
Ahí se recogieron cabellos y muestras de excremento que son analizados con la ropa que llevaba James Martín, misma que también se encuentra impregnada del desecho biológico.
Todo el trabajo de los agentes estatales y peritos quedó videograbado como evidencia.
La Fiscalía General del Estado (FGE) podría dar a conocer el resultado de la inspección en los sembradíos de algodón, ubicado cerca del puente conocido como ‘ Yáñez’, en las próximas horas.
El fiscal Nava, dijo que desde el 22 de enero, cuando se abre la carpeta de investigación 2470/18 hasta el día del hallazgo del cuerpo, fueron realizados 14 rastreos, siete operativos de distribución de pesquisas, 24 entrevistas, 12 testimoniales y siete seguimientos a denuncias anónimas, además se dispuso de un fondo de 200 mil pesos de recompensa y se colaboró estrechamente con autoridades estadunidenses y organizaciones civiles.

Piden apoyo a Patrulla Fronteriza
El fiscal Nava López dijo que ya solicitó el apoyo a las autoridades de la Patrulla Fronteriza para que proporcionen videos que hayan capturado los últimos 29 días en esta zona, a través de su equipo de videovigilancia, por lo que se está en espera de ese material.

Nunca vimos nada: vecinos
Natalia Hernández y sus cuatro hijos ven, desde las orillas del campo donde fue encontrado muerto James Camacho, cómo peritos estatales recorren el perímetro para encontrar indicios de cómo llegó su cuerpo a ese lugar.
Ahí, bajo la sombra de un viejo árbol que apenas produce sombra, coincide con la opinión pública de que las autoridades no atinaron nunca en las investigaciones cuando todavía lo buscaban con vida porque “nunca investigaron a la familia”.
La mujer asegura que frecuentemente recorre esos terrenos para recoger alfalfa para sus conejos.
“Los mismos trabajadores aquí andaban, nosotros seguido venimos, pasábamos por ahí caminando y nunca vimos nada, nada. Por eso se nos hace raro”, manifestó.
“No investigaron bien a los familiares, porque realmente, ¿cómo vas a dejar un niñito como James y se fueron de la casa porque los medios los acosaban?”, agregó.
En tanto las autoridades realizan las investigaciones, las incógnitas en torno a la muerte de James, de siete años con padecimiento de autismo, siguen surgiendo por parte de la sociedad fronteriza.
“Muy mal, estuvo muy mal. Las autoridades debieron de haber buscado primero con los familiares. Yo creo que lo pudieron tener en cualquier parte, en una casa, y después lo tiraron ahí donde lo encontraron”, señaló Raúl, un vecino de la calle Ribera del Cañón, donde vivía Hugo, el padre del menor, y Verónica Lozano, su pareja sentimental.
Sobre el caso, el criminólogo juarense Óscar Máynez, opinó que las investigaciones desde la desaparición de James Camacho debieron concentrarse en el círculo más cercano del menor.
“En este caso, si alguien se lo llevó, que pudo ser algún conocido, se tuvo que empezar por ahí. Ahí se concentraría una investigación forense a fondo”, dijo.
Afirmó que el caso fue muy extraño desde el principio.
Como los vecinos de la familia nunca vieron interés del padre y la madrastra para encontrar al niño, las autoridades debieron investigar a los papás a fondo, coincidió el experto.
El extitular de Servicios Periciales de la entonces Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE), señaló que cuando desaparece un menor, el protocolo establece que se debe investigar a las personas más cercanas, y quizá esta parte se la ‘saltaron’ las autoridades. (L. Sosa / J. Olmos / El Diario)

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