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Danzan y oran para recordar al Papa

Karen Cano/
El Diario de Juárez

2018-02-17

Entre tambores y danzantes emplumados, una escultura de la Virgen María llegó a El Punto como un regalo ayer por la mañana.
En el Día de la Fraternidad y Hospitalidad Juarense, instaurado con motivo de la visita del Papa Francisco, la colocación de la efigie inauguró las actividades conmemorativas por el segundo aniversario.
Una decena de grupos de matachines ofrecieron sus danzas a la Virgen al pie de “El Punto”. Entre ellos había danzantes de Coahuila, Parral y El Paso Texas.
“Aquí tenemos esta comunidad, que viene a levantar esta fiesta, eso se necesita. El Santo Padre a eso vino, a unir los pueblos y limpiar esas fronteras que no deberían de existir. Con nuestras cantos y nuestras danzas a los elementos, así es nuestra vida de danzantes, entregados a nuestras tradiciones, no importa el aire, el frío, el sol, porque todo es para Dios”, aseguró Juvenal Becerra, médico naturista que encabeza a un grupo que llegó desde Querétaro.
“Mide 2.40 metros de altura, de color natural, es un regalo muy valioso y apreciado de la asociación Unión de Voluntades, del centro de México, que se puso como meta dar una estatua así a todas las ciudades fronterizas y sólo faltábamos nosotros”, explicó el sacerdote Mario Manríquez, uno de los organizadores de las actividades en mención.
Esta imagen se quedará en el sitio cómo parte de él, y será una razón más para que los feligreses acudan al altar, lo visiten y convivan ahí, dijo.
Eran las 10 de la mañana, el sacerdote Fernando Valles se atavió como danzante y encabezo la procesión de estos por la avenida Heroico Colegio Militar, hasta las instalaciones de “El Punto”.
Al llegar e instalar a la virgen, cada uno de los grupos se presentó en el templo, e hizo reverencias y danzas en el lugar, que un 17 de febrero del 2016 albergó a miles de personas que llegaron de diversas partes de la república, con el único fin de ser testigos de una misa oficiada por la máxima autoridad del Vaticano.
Ayer, fueron 3 mil los que se reunieron para rememorar el mensaje que trajo consigo entonces el líder religioso.
“El mensaje es de acuerdo a la palabra de Dios, Dios nos mira, nos llama, dejémonos cuidar por él y sentir el llamado y como Mateo responder. Esa es la invitación, mirar al otro, mirarnos y amarnos, ver por el otro, ayudarlo, tenderle la mano y seguir a Jesús en la caridad”, dijo el obispo de la Diócesis de Ciudad Juárez, José Guadalupe Torres Campos.
Dijo que después de la visita del Papa Francisco, todo el trabajo de la iglesia se ha intensificado, pues esa fue la intención que tuvo él al visitar estas tierras.
“Cómo diócesis hemos trabajado bastante en la pastoral, en la evangelización, vamos avanzando porque no podemos quedarnos tranquilos. Hay muchos más retos que hay que trabajar y evangelizar”, dijo.
La misa tuvo un propósito benéfico que fue reunir víveres para las personas que se encuentran reclusas. Los asistentes lograron llenar una caja de tráiler con donativos, que fueron transportados inmediatamente al lugar en donde serían beneficiados.
“Es muy bonito revivir todo esto y volver a estar juntos, como el Papa lo quería”, dijo Lucero, una de las asistentes de evento.
Relató que durante la visita le fue imposible presenciar la misa, debido a que se encontraba en las vallas humanas que se pusieron en las calles resguardando el paso del pontífice. Aquel día se conformó con verlo apenas unos segundos durante su recorrido.
Al finalizar la misa de ayer soltaron globos amarillos y blancos, que fueron volando por el cielo, enmarcando el altar en dónde ayer nuevamente sonó la canción “Francisco es…”

Viajan desde Querétaro

Cumpliendo con el compromiso que tenía con Dios de venir a danzar a cambio de la salud de una de sus pacientes, Juvenal Becerra Herrera, de 62 años, llegó ayer desde el centro del país; y con su grupo de danza “Flor y Canto” engalanó los festejos por el aniversario de la visita del Papa Francisco.
“Mi amiga tenía una enfermedad muy cruel, le dije: déjale tu enfermedad aquí al Señor, él te va curar y el día que vayas a hacerte tus exámenes y no tengas nada yo vengo a danzar desde mi tierra’. Yo soy de Querétaro y aquí estoy”, dijo.
Debido a que se dedica a la medicina basada en la herbolaria y la oración, constantemente visita diversas partes del país. En esta ciudad, aseguró que la gente está enferma de todo.
“Hay mucho miedo, el miedo nos da angustia, desesperación, hace unos años cómo estábamos aquí, sacaban las armas y todo esto genera la enfermedad del alma. Como curanderos y doctores tradicionales, usamos la herbolaria y rezo”, dijo, asegurando que no cobra por sus servicios a quien se lo pide.
En un atuendo azteca y desde su cargo como Capitán Primero de Danza, aseguró que el danzar a la virgen y a los elementos no es un espectáculo, sino la forma en la que ellos hacen oración y rinden tributo a la Tierra.
“Yo soy danzante desde el vientre de mi madre, desde mis ancestros en 1723. Supongo que antes mis abuelos eran danzantes pero papeles reconocidos que tenemos son de esa fecha. Estamos en el mero centro del país, dónde la danza se sostuvo desde 1531”, relató.
Al ritmo de los cascabeles en sus tobillos, los tambores y el sonar de sus caracoles, estos danzantes marcaron la pauta al inicio del programa conmemorativo, y al final, cerrando con sus bailes y sahumerios en honor a la Virgen María, que es la representación de Tonantzin.
Al finalizar, Juvenal recomendó a las personas acercarse a Dios por medio de la oración, sin importar la religión.
“Que vean que hay dentro de ustedes, luz. Somos imagen y semejanza del Señor de la Luz, debemos dejar resplandecer esa energía vital”, dijo.
Cada uno de los grupos participantes recibió la bendición del obispo de la Diócesis de Ciudad Juárez, y un diploma como reconocimiento. (Karen Cano / El Diario)

kcano@redaccion.diario.com.mx

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