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Juntan recursos para sostener asilo

Araly Castañón/
El Diario de Juárez

2018-02-17

A sus 98 años, Rita Maldonado Castillo, una mujer menudita que camina con andador, tiene coraje para dar más que pasitos, comer y dormir, pero no puede, asegura, quien es una de las internas del asilo Santa María.
“Estoy tan agusto acostada; me dan muchas ganas de hacer algo, ánimo sí tengo, pero no puedo, porque ya ni leer ni escribir casi, tengo que ponerme a hacer oraciones y ya se me contrapesa el Padre Nuestro”, relató.
Ella es una de las 82 personas que viven en el albergue Santa María, la mayoría de ellos tiene familia pero trabaja y no los pueden cuidar y algunos otros no cuentan con nadie, aseguró el sacerdote Aristeo Baca, fundador del lugar.
Chabel Manríquez Maldonado, hijo de Rita, explicó que a pesar de que son siete hermanos, “todos trabajan y nadie puede tenerla en casa”, por ello desde hace un año y dos meses lo internaron en el asilo.
Rita y Chabel caminaban ayer en la mañana por los patios del lugar, ella tomada del brazo de su hijo, entre carpas de comida donde se cocinaban enchiladas, gorditas, hamburguesas, tacos y otros antojitos.
Por cuarto año consecutivo ayer se realizó el Asilotón, y la meta era reunir 600 mil pesos, pues el año pasado fueron 386 mil, aseguró Baca.
Afirmó que el asilo tiene espacio para 126 adultos mayores, pero actualmente viven 82.
“La mayoría tiene familia, pero es gente que trabaja, y que no puede atenderlos, no es que no los quieran, lo que pasa es que dice que tienen que ir a trabajar y no tienen con quién dejarlos”, aseguró.
Dijo que los hijos van y visitan a los internos, los sacan a pasear y luego los regresan.
Tal es el caso de Rita Maldonado. Chabel su hijo aseguró que él y sus seis hermanos visitan a su mamá dos veces a la semana, los martes y jueves.
Afirmó que están tranquilos porque en el asilo su madre convive con más personas de su edad.
“Yo la veo muy bien, se ve muy bien, y más activa, como en la casa pagábamos para que alguien la cuidara y en todo el día no hablaba y aquí platica y habla con sus amigos”, contó.
Rita dice que le gusta tejer, pero ya no puede, y hace poco se murieron dos de sus amigas.
“Las que eran muy amigas se me murieron; una se murió hace ocho días, y luego otra se murió solita y ya no me acuerdo cuándo, y a las otras las veo, pero no…”, comentó.
Aunque pocos, en el asilo también hay adultos mayores que no tienen a nadie y están abandonados, aseguró el sacerdote.
“Algunos no tienen a nadie en el mundo, no tienen hijos o simplemente ya no quieren nada con ellos, eso es muy doloroso, pero es cierto, y eso los está matando a muchos, saberse olvidados de sus hijos, es algo muy duro”, comentó Baca.
Explicó que los requisitos para ingresar al albergue son que los adultos mayores quieran vivir ahí voluntariamente, no tengan ninguna enfermedad contagiosa, no sean agresivos ni adictos a nada.
El párroco dijo que la operación anual del asilo es de 4 millones 800 mil pesos, pues al mes el gasto de 400 mil pesos, y todo se solventa de donativos.
“Comida no me preocupa, hay mucha gente que llega con comida, con costales, los que me preocupa son los recibos, la nómina cada viernes, el gas es una cantidad enorme, principalmente en invierno, y luz, y con lo que da la gente no nos completamos”, afirmó Baca.
Expuso que debido a ello, cada año realizan el Asilotón.
Las personas interesadas en donar, también pueden hacerlo acudiendo a las instalaciones, que se encuentran en la calle José Velarde Romero y Piedra en la colonia Primero de Septiembre, afirmó Baca.

acastanon@redaccion.diario.com.mx

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