Javier Olmos/
El Diario de Juárez
La venta de todo tipo de drogas en centros nocturnos por parte de jóvenes “bien” parecidos y de un estatus económico que parece elevado se debe a que la droga se ha diversificado pero también hay un alto nivel de impunidad que les ofrecen sus “jefes”, coincidieron líderes de organizaciones civiles y de profesionistas.
“Ahora los ‘juniors’, ‘hijos de papi’, se protegen como una organización y además trafican en lugares muy exclusivos, donde el pandillero no tiene los contactos; además gozan de impunidad porque son de familias ricas”, opinó Eduardo Mariscal, presidente de la Federación Estatal Chihuahuense de Abogados en la Zona Norte.
Una nota publicada ayer describe cómo “Las Chulas”, mujeres jóvenes descritas como hermosas, elegantes, bien vestidas y que conducen autos de modelo reciente, fungen como “dealers”, repartiendo drogas a diestra y siniestra en centros nocturnos.
Se les ve frecuentemente departiendo en los bares del corredor Manuel Gómez Morín y su presencia es esperada por los comensales, adictos principalmente a las metanfetaminas.
También son clasificadas, por sus propias amigas, como “niñas bien”, que forman parte del nuevo grupo de distribuidoras de drogas sintéticas a lo largo del corredor, uno de los más vigilados por la Policía.
Para la Mesa de Seguridad y de Justicia de Ciudad Juárez, nadie, sin embargo, está por encima de la ley, por lo que las autoridades deben actuar parejo y sin distinción de clases sociales.
“El consumo de drogas no tiene clase social y eso es lo que vemos en este tipo de casos”, dijo la coordinadora de la Mesa, Astrid González.
Eduardo Mariscal comentó que ahora que a las organizaciones delincuenciales se les complica más cruzar droga a Estados Unidos, hay más producto circulando en la ciudad, por lo que las autoridades deben de poner más atención a esa problemática.
“Sí se percibe mucha impunidad, parece que les dan protección.
“Es de todos sabido que en un bar, desde el parquero, el mesero y hasta el cantinero, distribuyen droga”, anotó.
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