Fernando Aguilar/
El Diario de Juárez
Mientras el sector público de Salud aquí cuenta con una limitada infraestructura médica para tratar el cáncer, la enfermedad cobra cada vez más vidas.
Entre enero y octubre de 2017, los tumores malignos mataron a 850 personas, que son 9.2 por ciento más que las 772 que perdieron la batalla en 2016, muestran datos de la Secretaría de Salud federal.
De acuerdo con los mismos médicos, pese al aumento de las cifras mortales del cáncer aquí, los pacientes y sus familias tienen que peregrinar para recibir una atención adecuada. Por ejemplo en el caso del Seguro Popular, los pacientes oncológicos tienen que ser enviados hasta la ciudad de Chihuahua para que reciban allá su tratamiento.
Aquí, el proyecto y la construcción del hospital de cancerología está en el limbo, pues de acuerdo con las autoridades, no hay recursos para las obras que se comenzaron hace años en los terrenos del ex Hipódromo y Galgódromo.
Hasta el momento, ni autoridades municipales, estatales o federales han presentado un plan de rescate de ese inmueble a pesar de que funcionarios han recorrido las instalaciones para analizar distintas alternativas.
Francisco Ramírez Montañez, representante del Comité de Salud Municipal integrado por gobiernos y asociaciones civiles, confirmó que las estadísticas de cáncer cada vez crecen más.
“Desafortunadamente en Juárez no tenemos un centro de tercer nivel para cáncer y los casos los enviamos a la ciudad de Chihuahua”, dijo. “Pero enviar un paciente en esas condiciones no es autosuficiente. Hay que mandar a los familiares y esto genera una serie de gastos e incomodidad para los pacientes”, agregó.
De acuerdo con el coordinador, el Comité a través de su representación del Gobierno estatal ha planteado la posibilidad de traer el manejo y tratamiento de esta enfermedad a Juárez, lo que hasta hoy, sin embargo, no es una realidad.
“Hay mucha gente en Ciudad Juárez que no puede acceder a tratamiento. Se está gestionando, viendo que Juárez tiene un gran índice de problemas de cáncer y merece y amerita que el Gobierno del Estado y el Gobierno municipal dediquemos atención a este grupo de personas”, comentó.
De acuerdo con el Subsistema Epidemiológico y Estadístico de las Defunciones (SEED), las personas que más mueren como consecuencia de tumores malignos son las que tienen entre 65 y 69 años, quienes suman en conjunto 107 defunciones en 2017.
Por número de muertes registradas el año pasado, los siguientes grupos etarios en la lista son los de 60 a 64 años, 55 a 59, 70 a 74, 80 a 84, 50 a 54, 75 a 79 y 85 y más años. (Fernando Aguilar / El Diario)
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