Juan de Dios Olivas/
El Diario de Juárez
La algarabía que existía en los años 1920s, que perduró por décadas en la avenida Juárez, el templo de la Misión de Guadalupe en tiempos remotos cuando el automóvil todavía no llegaba a la frontera y la Catedral no existía, forman parte de una enorme colección de fotografía desconocida para la mayoría de los habitantes de Ciudad Juárez… pero que tienen al alcance de un clic.
Las imágenes que congelaron cientos de escenas cotidianas de la antigua Paso del Norte, su evolución de villa a ciudad y su transitar por la historia en los últimos 120 años, son rescatadas del olvido y recopiladas digitalmente por los integrantes de El Juárez de Ayer.
El grupo formado originalmente por José Luis Hernández, Adrián García Castro y Joel Casas Ávila, originarios de Guanajuato los primeros dos y del interior de Chihuahua el último, pero juarenses de corazón, comenzó su labor en el 2012 y a la fecha atesora más de 8 mil fotografías.
El acervo compuesto por imágenes a blanco y negro, sepia y color, es compartido generosamente en Facebook en la página llamada “El Juárez de Ayer” al que siguen ya más de 16 mil personas, muchas desde lugares distantes y quienes aportan también fotos que por generaciones guardaron en sus álbumes familiares o que encontraron por ahí y sumaron a sus colecciones privadas.
El recorrido en imágenes es inmenso, va desde la inauguración del monumento a Benito Juárez, personajes como Villa, Orozco y Madero peleando en plena Revolución por tomar Ciudad Juárez, la algarabía que siempre distinguió la vida nocturna, la intensa actividad comercial, industrial, la llegada del teléfono y la electricidad, edificios que se perdieron y los que se conservan como el templo de la Misión, quizás el más retratado de la frontera.
La terminal de autobuses, el inicio
Navegando por Internet, a principios del 2012, José Luis encontró una foto de la antigua Central de Autobuses que era equivocadamente identificada como el lugar donde está actualmente el Café Central, relata él mismo, entrevistado en el edificio que ocupó el legendario cabaret La Fiesta.
“Viendo la foto, les comento que no era la Central Camionera. En ese lugar que están poniendo en la imagen, fue la Terminal de los Chihuahuenses y a principios del siglo pasado, en 1912 estaba un hotel que se llamaba Ortuza y abajo había un bar que se llamaba El Gato Negro, donde ahí estuvo Victoriano Huerta y hace unas declaraciones que le valen la destitución como jefe de la División del Norte”, refiere.
Ahí comenzó la pasión por recolectar fotos para reconstruir como si fueran piezas de rompecabezas la historia de la ciudad.
“Empezamos a conseguir imágenes aquí y allá, inclusive yo una colección de fotos la cambié por una colección de discos que tenía… Era una colección que comencé a hacer, el primer disco que compré fue en 1968 y de ahí fui comprando mis discos. Tenía mi colección de diferentes artistas, diferentes tipos de música”, menciona.
Las fotos por las que sacrificó su colección de discos, tenían imágenes remotas de décadas que se fueron pero que se quedaron en aquellas gráficas.
“En un momento pensamos que había fotografías que no sabían ni qué eran y efectivamente, empezamos a publicar y empezaron a decirnos: ‘oiga, yo tengo una foto que no sé dónde es’. Empezamos a identificar los lugares donde no había ninguna referencia, buscamos la manera, empezamos a ubicar desde dónde se tomó la foto, el cerro bola, la montaña Franklin, el depósito de agua de la antigua Presidencia Municipal…”, añade José Luis.
Hernández señala que durante cuatro meses recopiló con sus amigos Joel y Adrián fotos de la ciudad hasta que surge la idea de hacer un grupo en la red social Facebook.
“Alguien propuso que hiciéramos un grupo para publicar las fotos, historias y el 30 de abril de 2012, cuando llego en la noche a la casa me encuentro con que Joel ya había hecho un grupo”, dice.
Aunque el grupo originalmente identificado con otro nombre, fue para conservar la colección de fotos, poco a poco fue sumando seguidores que llenos de nostalgia comenzaron a aportar también.
“La mayoría ha llegado solo o han llegado porque alguien los ha invitado para que vean la historia que tenemos, nosotros nunca nos hemos dado a la tarea de buscar gente para meterla al grupo. Nos han hecho el comentario: ‘yo soy de Juárez y jamás me he enterado que tiene una historia tan bonita y tan interesante’”, menciona José Luis.
El objetivo no ha cambiado a casi 5 años de distancia, sigue siendo conocer la historia de la ciudad que el pasado 8 de diciembre cumplió 358 años, enfatiza.
“A nosotros nos interesa buscar la historia, ubicar los lugares históricos y difundir la historia, que no se pierda la historia que tenemos. Mucha gente que llega a Juárez dice que Juárez no tiene historia y les digo: ‘sí hay, lo que pasa es que muy poca gente se interesa’”, agrega.
Y de hecho, hay personas que vienen del extranjero preguntando por la ubicación de la Casa de Adobe mientras que miles de juarenses no saben dónde se encuentra ni qué ocurrió ahí.
“De Sudamérica y Estados Unidos, inclusive de Europa, vienen y preguntan dónde queda la Casa de Adobe porque tienen la referencia que ahí inició la Revolución y a gente de Juárez les preguntamos y ni siquiera sabe dónde está”, abunda José Luis.
Muchos les preguntan por qué el interés en la historia de Juárez si no son de aquí y la respuesta que da José Luis es: “El águila no es del nido donde nace, sino del cielo donde vuela. Nosotros nos sentimos más juarenses que el que ha nacido aquí. Nos hemos dado a la tarea de investigar su historia”.
Adicionalmente, en su caso refiere que hay agradecimiento.
“Yo tengo una deuda muy grande con esta ciudad porque me ha dado todo lo que soy, me ha dado mi familia, aquí estudié desde la primaria y yo creo que una de las formas de pagarle por lo mucho que me ha dado esta ciudad, es conocer su historia y divulgarla”, apunta.
Reconquistan el pasado
Un giro inesperado dio El Juárez de Ayer en el 2013, cuando uno de los edificios más conocidos de la ciudad se incendió y comenzó a deteriorarse a pasos agigantados.
De las redes sociales, sus integrantes pasaron a la acción para evitar se perdiera el cine Victoria, el lugar donde estuvo la casa que refugió a Benito Juárez y que en la historia contemporánea es emblemático.
“Hicimos una convocatoria en el grupo para buscar la manera de pedirle a las autoridades que pusieran más atención en el edificio para que se remodelara, se rescatara.
Hicimos la convocatoria, desafortunadamente fuimos unas 20 o 25 personas; pero 25 personas hicimos una manifestación que fueron varios medios de comunicación y a partir de entonces se le comenzó a dar atención”, relata José Luis Hernández.
El cine actualmente se encuentra en rehabilitación.
Una situación similar ocurrió con la manzana 14 y el edificio La Fiesta que iban a ser demolidos por las autoridades municipales y estatales pero que se logró evitar gracias a la movilización que realizó el grupo que alzó la voz y fue escuchado en su anhelo de preservar la historia de la ciudad y sus edificios emblemáticos que sobreviven al pasado.
jdolivas@redaccion.diario.com.mx
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