Karen Cano/
El Diario de Juárez
Familias separadas por la frontera entre Estados Unidos y México, se reunieron ayer por la mañana para darse besos y abrazos a través de los barrotes del muro que divide parte de la franja fronteriza.
Con apoyo de la Red Fronteriza por los Derechos Humanos, se efectuaron 40 reencuentros entre personas que tenían hasta 15 o más años sin verse.
Lo anterior en el marco del Día Internacional de los Derechos Humanos, que se conmemoró ayer.
“Yo le diría a Trump que fuera humano, que no sea tan duro en sus leyes”, expresó Cinthia Rivas, de 29 años.
La juarense tenía 14 años sin ver a su hermana, Esmeralda Rivas, quien cruzó al vecino país en busca de estabilidad económica. Ayer, por medio de los barrotes, las hermanas se abrazaron y Cinthia tuvo la oportunidad de ver a sus sobrinas a quienes no conocía.
La Red Fronteriza por las Derechos Humanos ya es reconocida en la ciudad debido a su actividad llamada ‘Abrazos, No Muros’, a través de la cual han logrado hacer que cientos de familias separadas se reúnan por unos minutos en el límite de la frontera, sobre el río Bravo.
“En esta ocasión no lo hicimos en el río porque tenía mucha agua, y decidimos hacerlo aquí en el muro con menos familias”, dijo Irma Cruz, miembro de la Red.
“Yo le diría a Trump que mi Dios no le dio un corazón de piedra, sino uno de carne. Lo bendigo y le pido que tenga compasión”, dijo Sandra Calderón, de 50 años, momentos después de ver a su hijo Érick Daniel, a quien no veía desde hace 5 años.
Cuando él se fue, tenía 24 años, una esposa y un hijo recién nacido, mismo que ahora tuvo la oportunidad de besar a su abuela.
“Esto es para evidenciar la cantidad de familias separadas que hay, debido a las deportaciones, a las detenciones arbitrarias. Queremos mandar ese mensaje, no queremos ver más familias separadas, queremos una reforma migratoria para toda la familia”, dijo Cruz.
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