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Lo 'salvan' de morir linchado

Luz del Carmen Sosa/
El Diario de Juárez

2017-11-30

En la calle Cerro de Colima de la colonia Lomas de San José, los vecinos se saludan entre sí, se conocen desde años atrás y están pendientes unos de otros, por eso la tarde del miércoles, cuando una mujer fue atacada sexualmente en la tienda, muchos acudieron en su ayuda y casi linchan al agresor.
El hombren identificado como Elías A.H., resultó ser el supuesto homicida de Nahomi, de 12 años y atacante de sus hermanitas de 10 y 11 años, de acuerdo con las autoridades.
La Policía, dijo una testigo, prácticamente le salvó la vida al quitárselo a los enardecidos habitantes del sector.
En la tienda de abarrotes fue eliminado el letrero  “Hoy no se fía, mañana sí”, debajo del mostrador aún estaba ayer el cuaderno de pasta verde donde los nombres de los vecinos están anotados.
“Ahí me lo anotas”, dice una adolescente que sale con unas frituras y un refresco, no se identifica porque es conocida y sólo ofrece una sonrisa de agradecimiento a la empleada, quien cobra a otra cliente y se da tiempo para anotar los 37 pesos de la nueva deuda.
“Silvia”, como pide que se le identifique, observa la fila de cuatro clientes y narra que ayer, más o menos al mediodía, ocurrió el evento que mantiene incapacitada a su compañera de trabajo.
Un supuesto violador serial, identificado oficialmente como Elías Armijo Hernández de 40 años, rondó la zona habitacional y atacó a su víctima, quien creía que estaba en una zona segura.
Desde el pasado fin semana ambas acordaron hacer el cambio de turno, “Linda” –nombre ficticio de la víctima– usualmente labora por la tarde, pero quería celebrar del cumpleaños de su hija e hizo planes con anticipación.
Para llevarlos a cabo necesitaba la tarde libre y el miércoles pasado entró a trabajar a la tienda de abarrotes a primera hora.
Durante el transcurso de la mañana el sospechoso entró a comprar cerveza, después regresó por una caguama.
La tercera vez que entró al negocio amagó a “Linda” con un cuchillo y la obligó a caminar al baño, ubicado en la parte trasera del negocio, donde la desnudó y sometió sexualmente.
“Él llegó directo y la metió al baño. Él no venía con el afán de asaltar, él venía con el afán de otra cosa; a mi amiga la encerró en el baño, la desnudó y allá la tuvo, aquí se empezó a juntar la gente y él escuchó, por eso salió y se puso a despachar”, narra “Silvia”, mientras otro cliente se indigna ante el relato al que más personas están atentas.
Mientras daba el cambio a una adolescente, la narradora agrega que el probable violador serial despachó a los clientes y se dio tiempo de encender un cigarro.
“Bien quitado de la pena hasta fumando estaba aquí, despachando, bien tranquilo. Sacó a la gente y se volvió a meter al baño con mi amiga y volvió a salir a despachar a la gente”, agrega.
En esa ocasión “Linda” ya estaba vestida y lo enfrentó, al sorprenderlo pudo salir del baño y alcanzó a llegar al refrigerador de los refrescos, agarró una botella de vidrio que quebró para usarla en su defensa, decidida a pelear por su vida.
“Ella lo primero que pensó fue agarrar la soda, la quebró y cuando él oyó que quebró la botella es cuando sale corriendo, mi amiga dice que venían unos clientes y como lo vieron que corrió lo siguieron”, dice mientras otro cliente asiente.
El presunto atacante huyó mientras dos clientes corrieron tras él. La víctima, en medio de la crisis nerviosa, cerró la tienda con llave, para entonces “Silvia” ya estaba en camino porque una vecina le había avisado que había problemas en el negocio.
Afuera los vecinos ya habían iniciado la persecución del agresor, al tenerlo cerca lo identificaron como el hombre que supuestamente mató a Nahomi y violó a sus hermanitas.
Para entonces el número de personas era mayor porque cada vez más gente se daba cuenta de lo ocurrido.
“Supe que lo bajaron de un techo y dijeron ‘este es el que violó a las niñas’, lo agarraron y lo golpearon, lo trajeron aquí golpeado. Mi amiga estaba encerrada en la tienda histérica y tocaron la puerta para preguntarle qué había pasado, entonces ella dijo que la habían asaltado y le preguntaron si era él y ella lo identificó”, cuenta “Silvia”.
El hombre todavía era golpeado cuando llegaron al lugar los agentes de Seguridad Pública, asegura la trabajadora del negocio de barrio.
“La Policía llegó y se los quitó, prácticamente le salvaron la vida”, narra mientras los clientes de la tienda siguen atentos al relato. Uno interviene para justificar la golpiza propinada a Elías, calificado por la Fiscalía General del Estado (FGE) como violador serial.
“Se merece eso y más. Otro poco y lo hubieran matado”, dice otro ciudadano indignado por el ataque contra la tendera, quien es conocida por su trato amable a los clientes.
La víctima identificó a su agresor y le pidió a los vecinos que le quitaran su credencial de elector, su teléfono celular y el teléfono del negocio, así como el dinero que sacó de la caja registradora.
“Aquí lo acabaron de golpear hasta que llegó la Policía. Yo ya venía para acá y cuando llegué ya estaba la unidad y lo tenían a él detenido, me arrimé a ver quién era y los agentes me preguntaron si lo conocía o era cliente y les dije que no, nunca lo había visto, pero sí lo identifiqué como la persona que atacó a las niñitas (por la foto que vio en medios de comunicación de un presunto)”, asegura la entrevistada.
Antes de que la unidad partiera con el detenido, “Silvia” dice que le preguntó dónde estaba el dinero que tomó de la tienda.
“Él dijo que se lo quitaron los que lo golpearon, pero dinero no encontramos”, agregó.
El supuesto atacante se identificó ante los agentes como Marco, escucharon las dos empleadas que se abrazaban y consolaban ante el momento de terror vivido.
Los agentes preventivos notificaron el arresto y lo trasladaron al Distrito Sur, donde se había programado una conferencia de prensa por el arresto del probable violador serial.
Mientras estaba dentro de la patrulla el detenido permaneció en silencio, fue hasta que observó a los representantes de los medios de comunicación que empezó a gritar y quejarse.
“Silvia” explicó que el detenido se quejaba de un dolor en la costilla de lado derecho. “Pero de aquí se fue caminando. Yo les puedo asegurar que los policías no lo golpearon, lo golpearon las personas que defendieron a mi amiga porque él huía con su credencial y su teléfono”.
Dentro del local comercial, entre las mercancías como cigarros, jabón y cajas de aceite se encuentran cuatro cámaras de videovigilancia que estaban encendidas al momento de la agresión de la trabajadora.
Las imágenes, dice el propietario del negocio, fueron entregadas al Ministerio Público como evidencia del ataque sexual perpetrado presuntamente por Armijo Hernández.
El médico legista determinó que sí hubo violación, por lo que este delito, además del robo, se acumulará contra el hombre que será acusado de homicidio agravado y violación.
“Silvia” deja de cobrar y mira la caja registradora.
“Eso me pudo pasar a mí, ocurrió como a la una de la tarde, era en mi turno”, dice horrorizada y aún impactada por lo que su amiga y compañera de trabajo sufrió a manos de un hombre que era buscado por casi 3 mil policías y fue arrestado por ciudadanos. 
En la puerta del negocio otro letrero cita “gracias por su visita”, mientras que los vecinos aseguran que seguirán cuidándose entre ellos para evitar más depredadores sexuales en la colonia. (Luz del Carmen Sosa / El Diario)

lsosa@redaccion.diario.com.mx

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