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Luchan hombres vs violencia doméstica

Javier Olmos/
El Diario de Juárez

2017-11-18

José siempre fue un hombre violento, y aunque no lo aceptaba, durante doce años golpeó a su esposa en innumerables ocasiones.
Como abogado, ante la sociedad siempre tuvo una calidad moral intachable, aunque llegando a casa se transformaba: en su casa había gritos y golpes, hasta que se divorció y se quedó solo.
Al ver su situación buscó ayuda profesional y ahora forma parte de los 70 hombres que atiende Rosas Mexicanas, una organización civil que trabaja con mujeres víctimas de violencia de género.
La mayoría son o han sido muy violentos, pero quieren cambiar, expone Mardia Astorga, presidenta de la asociación que trabaja bajo el lema “Fincando Esperanzas”.
Entre ellos, hay profesionistas y universitarios que no precisamente están casados, pues golpean a sus novias.
Aunque actualmente hay 70 varones recibiendo terapia, la lista se sigue extendiendo, pues hay en espera hasta 30 personas más, informó.
Rosas Mexicanas ofrece un ciclo de ocho terapias impartidas por un grupo de profesionistas egresados de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ).
Astorga comenta que en ese tiempo un hombre que ejercía violencia de género puede cambiar radicalmente y hacer una vida normal.
“No por el hecho de que sean hombres son culpables de lo que pasa”, mencionó la activista.
Astorga dice que no es fácil que un hombre reconozca que está siendo violento, porque muchas veces el ego no permite a las personas identificar sus problemas.
Para Jorge así fue de complicado. “De inicio fueron sólo palabras, después bromas, luego privaciones, después gritos y luego golpes. En algún momento intervino la Policía”, recuerda el hombre.
“Todo fue acabando hasta que no pude recuperarla por el orgullo, el ego. Sé que ya no puedo regresar el tiempo, pero ahora que aún tengo fuerzas quiero dejar de ser quien fui”, añadió en su relato.
Astorga mencionó que existen diferentes tipos de violencia, que puede ser económica, verbal, física y hasta sexual.
Para saber si se está ejerciendo violencia, el implicado debe analizar las omisiones que le hacen faltarle el respeto a la pareja. Rosas Mexicanas cuenta con un violentómetro que mide esas acciones.
“Pueden ir desde miradas, palabras, tocamientos, el volumen de la voz”.
Pero pide a los hombres “que sean valientes y tengan confianza de que no se les va a juzgar, no por el hecho de ser varones son culpables”.
Las oficinas de la asociación civil están ubicadas en la calle Costa Rica, casi esquina con la avenida Heroico Colegio Militar, en El Chamizal, y la atención es totalmente gratuita. (Javier Olmos / El Diario)

jolmos@redaccion.diario.com.mx

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