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Se viraliza foto de veteranos deportados que viven aquí

El Diario de Juárez

2017-11-17

Varios hombres estaban de pie en un camellón de concreto, justo antes de subir al Puente Internacional Córdova de las Américas, en donde las personas que salen de Ciudad Juárez cruzan la frontera hacia El Paso, Texas, informó The Washington Post.
Era el Día de los Caídos, cuando los soldados estadounidenses hacen un homenaje a los militares caídos arrodillándose frente al monumento del campo de batalla, una cruz simbólica formada con el casco, rifle y las botas del soldado, y en algunas ocasiones, su placa de identificación.
Los seis hombres que estaban a unos cuantos metros de la frontera entre Estados Unidos y México hicieron lo mismo que el 29 de mayo, aunque un poco diferente: no tenían casco ni rifle, así que improvisaron utilizando una bandera estadounidense colocada en un cilindro de concreto.
Un par de botas de combate también estaba en el bloque de concreto.
“Estas botas representan a los soldados que ya no están con nosotros, los soldados que faltan”, dijo Iván Ocón.
Ese día, Ocón estuvo al frente del grupo, con ambas manos colgando a un lado de su cuerpo mientras miraba hacia la distancia.
Los otros hombres se alinearon horizontalmente detrás de él, en posición de saludo.
Juntos, le rindieron homenaje a los soldados caídos de Estados Unidos mientras vestían camisetas negras que describían lo que son: “Veteranos Deportados”.
Esa emotiva fotografía fue captada por una fotoperiodista de Juárez, quien sólo tuvo segundos para tomarla.
“El momento que utilizaron para rendir honores fue muy rápido. Apenas y pude tomar unas cuantas fotos antes de que quitaran la bandera y la guardaran para regresar a su casa”, dijo Herika Martínez al Washington Post.
La foto, que fue distribuida por la Agencia de la Prensa Francesa, se hizo viral.
Volvió a aparecer el Día de los Veteranos, ya que algunos usuarios de las redes sociales se sintieron consternados de que esos veteranos hayan sido exiliados del país que juraron servir.
De hecho, la deportación de veteranos, que empezó hace décadas, usualmente impacta a muchos que asumen que al unirse al ejército es una garantía automática de obtener la ciudadanía.
No es así, aunque las anteriores administraciones han tomado medidas para facilitarles a los soldados extranjeros su naturalización.
Bajo el mandato del presidente Trump, existen nuevas regulaciones que amplían el período de espera para que los militares que cuentan con una tarjeta verde se conviertan en ciudadanos naturalizados.
El Ejército también ha dejado de enlistar a algunos inmigrantes que son residentes legales permanentes, mientras que a otros los hacen esperar mucho tiempo.
Ocón, quien tiene 40 años y es nativo de México, le comentó a The Washington Post que prestó sus servicios en el Ejército durante siete años, y pasó unos meses en Irak.
El Pentágono no le ratificó a The Post el período de servicio de Ocón, pero él le proporcionó una foto durante la ceremonia de re-enlistamiento en 2001, y comentó que fue deportado hace un año y medio, perdiendo su estatus legal después que fue acusado por el delito de no reportar a las autoridades que su hermano había secuestrado a alguien.
Los récords de la corte mostraron que Ocón fue acusado de varios cargos en 2006, incluyendo conspirar para secuestrar y de ayudar y albergar al responsable.
Se declaró culpable y pasó casi 10 años en una prisión federal.
En 2016, poco después de purgar su sentencia en prisión, Ocón fue enviado a México, un país del que salió cuando tenía 7 años.
Ha estado viviendo en Juárez desde entonces, en un apartamento cercano a la frontera, y puede ver a Estados Unidos desde su ventana.
Ocón considera a ese país como su casa, específicamente a Las Cruces, Nuevo México, en donde creció, asistió a la preparatoria y dejó una hija que ahora tiene 14 años.
Para Francisco López, quien aparece detrás de Ocón en la foto, su casa es Wichita Falls, Texas, en donde viven sus hijos y nietos.
“Aquí está uno aislado, está solo”, dijo Ocón. “Todos nuestros amigos y familiares con los que crecimos están en Estados Unidos. A todos los que conocimos durante nuestra infancia están allá. Ese error lo paga uno por el resto de su vida. Nunca podremos demostrar que somos buenas personas”.
Sin embargo, López, quien cumple 73 años en este mes, ha vivido en Juárez desde hace más tiempo que Ocón. Él fue deportado en 2003, después de pasar nueve años en una prisión federal por cargos relacionados con la droga.
Su récord en el ejército no pudo ser verificado, aunque López dijo que pasó dos años prestando sus servicios en la milicia a finales de los años 1960, incluyendo un año en Vietnam.
“Creí que era ciudadano estadounidense. Me gustaría regresar a casa. Quisiera volver”, dijo.
Cuando la foto de Ocón, López y otros cuatro hombres fue publicada en las redes sociales durante el fin de semana, un exfuncionario de la Casa Blanca quedó impactado con el mensaje.
“No puedo creer que “veteranos deportados” sea una frase actual”, comentó Tony Fratto en Twitter.
Su observación tocó fibras sensibles, generando más de 100 mil retweets y unos 200 mil likes.
Fratto, un exfuncionario del Departamento del Tesoro y la Casa Blanca durante la administración de George W. Bush, comentó en una entrevista que quedó impactado por “la yuxtaposición que tienen esas palabras, son dos palabras que no deben estar una enseguida de la otra. Todos sabemos que la comunidad de inmigrantes juega un papel muy importante en nuestros servicios armados”.
No se sabe cuántos veteranos han sido deportados, ya que los oficiales no le dan seguimiento a esas cifras.
En 2016, vivían en el país más de 500 mil veteranos extranjeros, de acuerdo al Instituto de Políticas Migratorias.  Eso representa un 3 por ciento de los casi 19 millones de veteranos que hay en el país.
Desde octubre de 2001, más de 100 mil miembros del ejército se han convertido en ciudadanos naturalizados, de acuerdo a los Servicios de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos.
Durante años, los veteranos deportados han recibido poca atención en Washington, en donde existen menos probabilidades de que los políticos apoyen a los delincuentes convictos.
Margaret Stock, una oficial retirada del Ejército y abogada de inmigración que tiene su sede en Anchorage, comentó que las deportaciones de veteranos están sucediendo más frecuentemente bajo la administración de Trump, aunque el gobierno de Obama también deportó a algunos.
Stock comentó que existe un creciente movimiento para traer de regreso a los veteranos deportados, pero no ha dado como resultado una acción concreta.
En el Capitolio, la legislación que podría crear una manera para que regresen a Estados Unidos se encuentra estancada.
La Visa para Veteranos y Decreto de Protección, que podría requerir que el Departamento de Seguridad Interna creara un programa para permitir que regresaran legalmente al país y cancelara la remoción de los que enfrentan la deportación, ha estado en la Cámara desde que fue presentada en marzo.
Ha sido apoyada por 60 legisladores, todos demócratas.
The Post reportó el verano pasado que el Pentágono estaba considerando un plan para cancelar los contratos para enlistarse a 1 mil reclutas extranjeros que no tienen un estatus legal de inmigración, ya que sabe que los expondría a la deportación.
En un memo preparado por el Departamento de la Defensa describe las posibles amenazas que representan para la seguridad los inmigrantes reclutados en un programa diseñado para otorgar la ciudadanía a cambio de destrezas médicas e idiomáticas.
El programa fue suspendido el año pasado, ya que se pusieron medidas de seguridad adicionales para proteger en contra de un “posible espionaje” de los reclutas nacidos en otros países.
Sin embargo, en octubre, Jim Mattis, secretario de la Defensa, dijo que apoya la reactivación del programa, una señal de que los líderes del Departamento de la Defensa dejaron a un lado las recomendaciones del memo.
El Día de los Veteranos, mientras la foto tomada en mayo empezó a hacerse viral nuevamente, algunos de los hombres que viven en Juárez regresaron al Puente Internacional Córdoba para protestar.
En esta ocasión había más de una bandera.  Una de Estados Unidos estaba a un lado de la de México.  También estaban las de la Guardia Costera y el Ejército, había un banderín que mostraba fotos de varios veteranos, junto con un mensaje: “Permitan que los veteranos regresen a casa”.

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