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'Redada' contra la tristeza en hospital

Luz del Carmen Sosa/
El Diario de Juárez

2017-11-15

A los 5 años de edad “Andrea” sufrió la primera convulsión y desde entonces se encuentra bajo observación médica permanente. Ahora tiene 11 y el último ataque epiléptico que tuvo casi le arrebata la vida, ya que permaneció inconsciente más de 20 minutos mientras su cuerpo sufría de espasmos.
“Creí que mi hija iba a morir”, dijo Eduardo Orozco, quien ha pasado casi un mes al pie de la cama de la menor desde que fue ingresada la Hospital Infantil de Especialidades (HIE).
Andrea despertó ayer no solo con la noticia de que ese mismo día sería dada de alta y por fin regresaría a casa: estaba rodeada de princesas y hadas que hasta una varita mágica le prestaron.
Eran las cadetes de la Academia de Policía, que no desaprovecharon la oportunidad para vestirse como Ana, Elsa, Rapunzel, Cenicienta, Gatúbela y la Mujer Maravilla con tal de arrancarles una sonrisa a los pequeños pacientes.
Las aspirantes a policía escucharon a los niños, los consolaron y animaron en el momento difícil que pasan.
“Yo conseguí mi disfraz por medio de mi familia, gracias a ellos estoy aquí disfrutando con los niños que estuvieron muy contentos, se veían felices”, dijo una cadete vestida de Luigi, el fiel acompañante de Mario Bros.
El momento más emotivo fue cuando llegaron al área de Oncología, donde las futuras agentes visitaron a los niños en tratamiento contra el cáncer y la leucemia y observaron que pese al diagnóstico luchan por su vida y no dejan de sonreír.
En esa habitación se esmeraron para sacarles risas a los niños y darles un respiro a los angustiados padres.
“Sabemos que hay un grupo de médicos que se dedican a hacer reír a los niños, pensamos en esa labor que ellos hacen para sumarnos nosotros. Es algo que se quería hacer y los cadetes se mostraron muy entusiasmados”, dijo Arturo Sandoval Figón, vocero de la Secretaría de Seguridad Pública Municipal (SSPM).
Señaló que esa labor es parte de la formación académica ya que se busca crear policías muy cercanos a los niños y los jóvenes.
“No saben cómo agradezco estos momentos de felicidad para mi niña, muchas gracias por venir con estos niños y hacerles reír”, repetía el padre de Andrea – nombre ficticio como se identifica a la menor de edad–, quien estrechó su mano con el “PoliCan” como muestra de agradecimiento a las cadetes que atraparon la atención de los niños.
Antes de la una de la tarde, las princesas abordaron el carruaje especial para dirigirse al castillo conocido como “Academia de Policía”.

lsosa@redaccion.diario.com.mx  

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