Luz del Carmen Sosa/
El Diario de Juárez
El ataque a mano armada contra una pareja obligó a los estudiantes y maestras del kínder Amado Nervo a tirarse al piso al escuchar los balazos.
“Estaban los niños en el recreo cuando se empezaron a oír los disparos”, narró una madre de familia encargada del tráfico vial y que apoyó la apresurada entrega de los niños, tras el doble crimen.
El ejido El Sauzal fue el escenario del más reciente hecho violento en Juárez.
Las víctimas fueron identificadas como Luis Mario Gordillo, de 31 años y Valeria Geraldine Atilano Fierro, de 30. Ella quedó debajo del auto Volkswagen Golf azul de modelo antiguo, mientras que él murió al volante de la unidad a causa de los impactos de bala que recibió.
“¿Por qué, Dios, por qué permites esto?”, gritaba el hermano del hombre asesinado.
En la esquina de las calles Francisco Javier Mina y Mariano Abasolo un hombre cuestionaba a Dios el por qué permitía tanta miseria humana.
El doble crimen ocurrió junto al campo deportivo Ángel ‘El Charro’ Reyes y el kínder Amado Nervo.
Vecinos del lugar dijeron que las personas asesinadas se dedicaban a vender droga en el sector. Sin embargo, en la escena del crimen las autoridades no aseguraron evidencia alguna que los relacionara con la venta de estupefacientes.
Integrantes del comisariado ejidal acudieron también hasta el sitio y frente al plantel educativo observaban la entrega de los menores.
“Nos empezaron a avisar por teléfono y ‘WhatsApp’ para que pasáramos a recoger a los niños. Muchos de ellos sí estaban llorando, otros estaban más tranquilos, pero este tipo de situaciones siempre colocan en riesgo a los niños”, dijo una madre de familia que llegó aprisa por su hija de tercer grado.
Ayer se buscó la versión de la directiva escolar, pero el personal docente no estuvo disponible. (Luz del Carmen Sosa)
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