Luz del Carmen Sosa/
El Diario de Juárez
El rojo y azul de las torretas brillaban y le daban color al ensordecedor sonido de las sirenas de las patrullas con el número 600 y 401. A bordo viajaban los ataúdes con los cuerpos de los policías municipales Elizabeth Alfaro Loya y Sergio Alberto Macías, para asistir al último pase de lista en el Distrito Sur.
De esta estación de Policía salió la pareja de preventivos el pasado lunes 30 de octubre. Ambos subieron a la unidad 655 para vigilar las calles de la ciudad y fueron asesinados poco después del mediodía afuera de un banco.
Los vehículos oficiales custodiados por agentes viales entraron muy lentamente para estacionarse frente a las carpas donde el alcalde Armando Cabada y el secretario Ricardo Realivázquez esperaban los féretros.
También decenas de cadetes, policías investigadores, preventivos, bomberos y paramédicos rendían a sus compañeros un último tributo de pie.
Entre las filas de los elementos de la Secretaría de Seguridad Pública (SSPM) una oficial no lograba contener el llanto. Erguida y con la cabeza en alto portaba con orgullo su uniforme azul con su insignia plateada al pecho cubierta con una cinta negra, como símbolo del respetuoso duelo.
Los féretros de los agentes fueron colocados al frente de las autoridades municipales y los mandos policiacos donde estaban colocadas dos enormes fotografías con los rostros sonrientes de los oficiales caídos.
Aprisa, los familiares llegaban caminando para estar presentes en la ceremonia oficial para despedir a Elizabeth y Sergio Alberto. Algunos parientes andaban a paso lento apoyados en bastones o les empujaban sus sillas de ruedas, pero ninguno quiso faltar al homenaje póstumo a los polipreventivos que tenían menos de dos años laborando para la SSPM.
El grupo de fusileros conformado por agentes municipales lanzó las salvas de honor y el presidente Armando Cabada emitió un mensaje a la familia de los dos oficiales caídos y se comprometió a no desampararlos.
“Nunca vamos a desprotegerlos ni a ustedes ni a sus familias, ese es el compromiso de su servidor”, se comprometió.
“Como presidente municipal quiero dejar en claro que veo un cuerpo policiaco valiente, comprometido, íntegro y dispuesto a hacer frente a la situación actual de la ciudad, los juarenses confiamos en ustedes para llevar a Juárez a un mejor nivel de vida para que el sacrificio de Elizabeth y Sergio Alberto no sea en vano”, dijo.
Sólo quien ha visto los actos más crueles del ser humano y tiene la capacidad de enfrentarlos, puede ser policía; porque no hay satisfacción más grande que devolver a un niño extraviado a los brazos de su madre o poder salvar a una víctima, agregó.
En este acto fue notoria la ausencia del fiscal Jorge Nava, de los mandos de la Policía Federal, del Ejército Mexicano y de la Comisión Estatal de Seguridad, que dejaron solo al secretario Ricardo Realivázquez.
En su discurso Cabada Alvídrez intentaba animar a los dolidos policías que este año han sufrido pérdidas irreparables de sus compañeros.
“Hoy más que nunca es necesario que todos los policías estén unidos para hacer frente a la delincuencia, para desempeñar mejor sus trabajos y para ayudarse entre sí”, exhortó.
Posteriormente entregó una camisola con la fotografía de los agentes y una bandera de México a los padres de ambos.
Luego, los agentes continuaron su último patrullaje al panteón donde fueron sepultados.
El secretario Ricardo Realivázquez dio a conocer que tras darse a conocer la imagen de uno de los presuntos sicarios, se han recibido varias denuncias ciudadanas, la cuales son atendidas en forma puntual.
El jefe policiaco aseguró que esperan tener resultados positivos en breve.
lsosa@redaccion.diario.com.mx
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