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Con oraciones, honran al padre Villanueva

Karen Cano/
El Diario de Juárez

2017-11-01

El sacerdote Ignacio Villanueva Muñoz, uno de los fundadores de la Diócesis de Ciudad Juárez, murió a los 86 años la madrugada de ayer.
Hesiquio Trevizo Bencomo, vocero de la Diócesis, informó que el deceso de quien fuera párroco de Catedral durante 13 años se debió a diversas complicaciones de salud.
Sus restos son velados desde ayer en la Iglesia de la Sagrada Familia y hoy se realizará en el mismo templo una misa de cuerpo presente a las 12:30 del mediodía.
Los fieles católicos lo recuerdan como un sacerdote trabajador, servicial y cercano a la gente.
“Siempre convivió mucho con mi familia y con todos, con los que somos servidores de aquí de la iglesia. Siempre nos traía en ‘carrilla’ porque él era muy trabajador”, dijo Magdalena Aguirre, trabajadora de la parroquia Nuestra Señora del Sagrado Corazón.
Relató que en 1989 ella pertenecía al coro de la iglesia cuando perdió su empleo, entonces el padre Villanueva la invitó a trabajar en la administración del recinto, de donde entonces era párroco.
“Él hizo lo de la ampliación de la parroquia y la casa parroquial que aquí eran nada más dos cuartitos, él se puso a hacerlos. Recuerdo que plantó maíz y calabacitas aquí en el jardín, nunca se estaba quieto”, contó.
Villanueva Muñoz nació el 31 de julio de 1931 en Valle de Allende, Chihuahua. Ingresó al Seminario en 1945 y su ordenación fue en Montezuma, Nuevo México en el año 1956.
Al principio fue operador en Catedral de esta frontera y después sirvió en Gómez Farías, a donde llegó cuando tenía alrededor de 30 años.
Después volvió a Ciudad Juárez y estuvo al frente de otras parroquias como San Miguel Arcángel y Nuestra Señora del Sagrado Corazón.
En el 2001 regresó a la Catedral como párroco y ahí permaneció hasta el año 2013, cuando se retiró debido a que sus problemas de salud ya no le permitían el pleno ejercicio de su cargo.
Trevizo Bencomo recordó que el padre Villanueva fue uno de los fundadores de la Diócesis de la Ciudad junto con Waldo Vega e Isidro Payán, todos de la mano del primer obispo Manuel Talamás Camandari.
“Fue un gran sacerdote, ejemplo por su misión. Él tenía el don de la construcción. Los sacerdotes, así como los vemos, son personas muy importantes en nuestro pueblo, a lo mejor no hay mucha espectacularidad en lo que hacen, pero todos luchan desde sus trincheras”, dijo.
En un entrevista que este medio le realizó a Villanueva cuando fue retirado de su cargo como párroco en la Catedral, dio gracias a la comunidad y dijo que se iba con muchos recuerdos.
“¡Bellísimos recuerdos! La gente siempre fue muy buena conmigo, maravillosa, yo los quiero mucho pero ya estoy muy fatigado, no puedo dar la misma atención; aquí vienen personas de toda la ciudad y yo ya no puedo”, declaró el 30 de enero de 2013. (Karen Cano / El Diario)

kcano@redaccion.diario.com.mx

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