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El Diario de Juárez
Mauricio Luna Aguilar alias “El Papacho”, el presunto narcotraficante que operaba en el Valle de Juárez, y otros tres presuntos cómplices fueron encontrados inocentes de un robo y del secuestro de un hombre para asesinarlo, en hechos ocurridos en enero del 2015 en el poblado de Barreales.
Actualmente Luna Aguilar cumple una condena vitalicia por los asesinatos de los hermanos Elmer y Edgar Iván García Archuleta.
Al concluir las audiencias de debate del juicio oral número 10/17, un Tribunal de Enjuiciamiento determinó que el Ministerio Público (MP) no presentó ningún testigo que señalara a “El Papacho” y tampoco a Isidro Soto Aguilar, alias “El Pantera”; Juan Carlos Luria, “El Parral” y Juan Cuéllar Cereceres, “El Quintana”, como responsables de haber secuestrado a Rogelio Ochoa Ávila, ni del robo de dos vehículos propiedad de esta víctima.
Los jueces Myrna Luz Rocha Pineda, María Isela Vázquez Granados y Jesús Manuel Medina Parra consideraron que el MP sí probó que se cometieron los delitos, pero de las 37 pruebas desahogadas en el juicio ninguna fue apta para acreditar que los cuatro hombres sean los responsables de esas conductas ilícitas.
El órgano colegiado también concluyó que la acusación presentada por el MP es “defectuosa”, porque no dio a conocer antecedentes.
En la acusación el MP estableció que el 18 de enero del 2015 Soto, Luria, Cuéllar y Luna Aguilar así como otras personas no identificadas, y quienes portaban armas de fuego ingresaron a un domicilio entre las calles Coahuila y Durango en el poblado de Barreales para “levantar” a Rogelio Ochoa Ávila, a quien llevaron a un sitio no identificado.
Entre los días 18 y 19 de enero del 2015, Juan Cuéllar Cereceres y otra persona no identificada regresaron a la misma casa para llevarse dos vehículos.
Entre los días 19 de enero y 4 de febrero del 2015 en un lugar desconocido, Ochoa Ávila fue asesinado a balazos y su cadáver inhumado de forma clandestina en una fosa abierta en una brecha del poblado Juárez y Reforma, en el municipio de Guadalupe.
Además de las anteriores conclusiones, el Tribunal no admitió como prueba lícita las declaraciones que los procesados rindieron ante el MP –e introducidas al juicio al presentar los registros de audio y video– porque tres de los enjuiciados al parecer fueron torturados.
A excepción de Luna Aguilar –quien no aceptó que le practicaran el estudio y a lo largo del juicio oral se negó a estar presente en las audiencias– a las otras personas se les aplicó el Protocolo de Estambul y todos resultaron positivo.
Además de que advertir que las declaraciones fueron arrancadas presuntamente al ejercer tortura contra los ahora exonerados, el Tribunal señaló que el interrogatorio efectuado por el MP no fue libre ni espontáneo como lo exige la ley sino dirigido por el fiscal estatal que encabezó la diligencia y no cumple con las formalidades del procedimiento, principalmente vulnera el derecho de contradicción que tienen las otras personas a quienes los detenidos señalaron como delincuentes.
El fallo absolutorio fue emitido la tarde del lunes pasado.
Antes de emitir el veredicto, los jueces les dieron a los cuatro hombres la oportunidad de hacer una última manifestación. Juan Cuéllar dijo “en ningún momento, nadie nos señaló” y Juan Carlos expresó “yo no tengo nada qué ver en lo que hicieron estos hombres, no tengo nada qué ver en la muerte de este hombre”.
“El Papacho” –quien en marzo del 2015 dijo ante un Tribunal de Garantías que él labora como sicario en el Valle y recibía por esto un pago semanal de mil 500 pesos– el lunes ante el Tribunal de Enjuiciamiento aseveró “soy inocente de eso, no tengo nada más que decir”.