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Regresan del sismo cargados de experiencia

Javier Olmos/
El Diario de Juárez

2017-10-07

El grupo de geofísicos y sismólogos de la Universidad de Texas en El Paso (UTEP) y la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ) que fueron a estudiar las placas tectónicas a la Ciudad de México regresan hoy a Juárez con una carga de aprendizaje que quieren aplicar en la región.
Durante su estadía en varios municipios de Chiapas y Oaxaca, donde hicieron la mayor parte del trabajo, experimentaron réplicas de hasta 4.9 grados en la escala de Richter y presenciaron de primera mano una gran devastación.
“Hay colonias prácticamente inhabitables”, relató el investigador en Geociencias de la UACJ, Óscar Dena.
“Estamos enfrentándonos a una de las mayores fuerzas de la naturaleza. Aprendimos que la gente pueda diseñar sus casas con mayores elementos estructurales que eviten los colapsos de la estructura. Esto ya se aplica en Estados Unidos en la ciencia de los terremotos, pero debe aplicarse en la ingeniería y que se refleje en beneficio de los habitantes”, expuso.
Allá, en zonas como Ixtepec y Juchitán, Oaxaca, instalaron 51 nodos sísmicos y diez estaciones sismológicas de banda ancha para monitorear toda la actividad que sigue ocurriendo.
“Hay zonas donde, notoriamente, está amplificada la actividad sísmica como Juchitán. Hay colonias enteras prácticamente inhabitables y un problema humanitario serio, toda la gente está durmiendo en la calle, a la intemperie, por temor a entrar a su propiedad”, mencionó el experto en Geociencias.
El grupo fue integrado por el representante de UTEP, Héctor González Huizar, y el estudiante de doctorado Solimar Ayala.
Mientras que de la UACJ asistieron la maestra en planeación urbana Griselda Cortés; el maestro en geotecnia, Luis Carlos González; el ingeniero físico Miguel Ángel Galdean, y los estudiantes de Geociencias Miriam García, Jaqueline Ochoa, Miguel Ramírez e Isaac Monreal.
Dena dijo que el binomio UTEP-UACJ asistido por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), da las bases científicas para que una vez ligado a las ingenierías que practica la máxima casa de estudios, se propongan espectros de diseño más favorables en zonas afectadas.
“En el caso de la zona de Juárez-El Paso, es importante entender que no necesitamos un evento de 8.2 grados para que nos cause daños importantes”, mencionó.
“Tenemos que entender que si desarrollamos vivienda vertical mayor de tres pisos, se debe diseñar un criterio antisismo, por muy acostumbrados que estemos a que aquí no pasa nada de eso”.
Dena insistió en que esta región fronteriza no está exenta a que llegue a ocurrir un temblor.
“En 2011 registramos trescientos terremotos de 4.2 y en 2013 otro devastador en Santa Gertrudis, y aunque no somos una convergencia tectónica, sí estamos en una provincia que experimenta reacomodos de terreno de manera natural”, expuso.

jolmos@redaccion.diario.com.mx

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