Javier Olmos/
El Diario de Juárez
Como héroes para sus familias, regresaron ayer cinco elementos de la Dirección de Protección Civil y el Departamento de Bomberos que apoyaron en las labores de búsqueda de personas bajo los escombros en la Ciudad de México, tras el sismo de 7.1 grados registrado el 19 de septiembre.
Alberto Montoya Bustamante, Adán Estrada Burciaga, Alonso Gallegos Antúnez, Reyes Esteban González y Óscar González Briseño fueron quienes acudieron en ayuda de los compatriotas en desgracia.
El panorama que vivieron los rescatistas fue duro.
Allá lograron localizar decenas de cuerpos e incluso corrieron el riesgo de quedar también bajo lo que quedó del edificio Álvaro Obregón 286, cuando, al hacer su trabajo, una réplica hizo cimbrar la zona, narró Montoya, coordinador del Departamento de Rescate, quien encabezó al grupo.
Los cinco juarenses que partieron a la capital del país el 20 de septiembre pasado hicieron el trabajo pesado en tres edificios ubicados en la calle Petén, otro en la colonia Roma y el Álvaro Obregón 286, este último donde las autoridades contabilizaban, hasta ayer, el rescate de más de 40 cuerpos de personas que murieron y no pudieron ser rescatadas.
Entre los cinco, recuperaron seis cuerpos.
Las familias de los cinco elementos y el Gobierno municipal los recibieron ayer entre aplausos, con flores, abrazos y lágrimas. Y es que allá corrieron un riesgo inminente de quedar atrapados también entre los escombros.
En una ocasión, “las placas del edificio Álvaro Obregón 286 se colapsaron, tuvimos que evacuar; hubo peligro de derrumbe completo pero afortunadamente evacuamos y no pasó nada, aunque estábamos en la parte más alta”, contó Montoya, quien encabezó el grupo de rescatistas que fue capacitado por los Topos de México.
“Allá nos abocamos a tratar de integrarnos a las operaciones de rescate y así fue, dentro de todo esto no encontramos gente con vida pero hubo oportunidad de sacar cadáveres de los escombros”, explicó.
Esa fue quizá una de las situaciones más difíciles, porque los familiares de los fallecidos tras el temblor tenían esperanzas de encontrarlos vivos, aunque les quedó el consuelo de recuperarlos para disponer de ellos de acuerdo a sus costumbres, dijo Montoya.
En un viaje que hicieron también a Juchitán, Oaxaca, durante las labores de búsqueda, sintieron al menos cuatro réplicas que los tuvieron en jaque, dijo. Ahora sigue aplicar el aprendizaje.
“El trabajo que hicimos nos deja una experiencia en cuestiones de operatividad, la organización, los recursos, todo lo que tenemos que implementar dentro del área de trabajo aquí en la comunidad en Ciudad Juárez”, afirmó.
Y dijo que, al menos para sus familias, son unos héroes.
“Aunque salgamos a trabajar normalmente aquí siempre nos reciben como héroes en nuestra casa, aparte de ser el sostén nuestro trabajo pues siempre es de riesgo”, expresó.
“No tuvimos miedo, tuvimos mucho trabajo y el trabajo constante no nos permitió pensar en nada más, más que trabajar”, concluyó.
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