Javier Olmos/
El Diario de Juárez
Después de la masacre de 15 personas en un centro de rehabilitación para adictos en Chihuahua, aquí tanto quienes llevan un proceso de desintoxicación como los encargados de estos espacios manifestaron temor.
En Segundo Paso, un centro de rehabilitación ubicado en la calle Barranquilla de la colonia El Maestro, los cerca de 20 hombres que están en el lugar, algunos por voluntad propia otros llevados por sus familiares, se asomaban ayer a la llegada de los reporteros, pero no abrieron.
Afuera, el encargado accedió a hablar aunque bajo anonimato.
Expresó que el miedo está latente siempre por un hecho ocurrido en Juárez, similar al vivido hace unos días en la capital del estado.
“Claro que tenemos miedo, el miedo siempre está ahí, y más porque tratamos con gente que se está rehabilitando de un problema con las drogas”, narra.
“Aunque nadie quiere siquiera pensar que puede llegar a ocurrir una masacre en un centro de rehabilitación en Juárez, puede llegar a pasar”, admite.
Menciona que la casa que opera como centro de rehabilitación y que está a su cargo, tiene puertas de emergencia para salir por atrás en caso de una balacera. Sin embargo, dijo, “en un caso de esos, del susto, puede que uno ni siquiera encuentre la salida”.
En Chihuahua, el pasado 26 de septiembre hombres armados irrumpieron en el centro de rehabilitación “Uniendo Familias para Vivir Mejor” y dispararon a diestra y siniestra contra los presentes. Mataron a 15 y dejaron heridos a ocho, según el recuento oficial.
De acuerdo con los reportes policiacos, fueron cuatro presuntos sicarios encapuchados los que llegaron e ingresaron al lugar con fusiles de asalto AR-15 en mano.
La matanza ocurrió alrededor de las 21:00 horas, cuando internos y sus familias, entre ellos algunos menores, participaban en una reunión.
El encargado de Segundo Paso descartó que el ataque en la capital del estado y los que se registraron en esta frontera se deban a una especie de venganza contra quienes han dejado de consumir drogas.
“Por cada uno que deja de consumir drogas entran 10 y por cada uno que deja de vender, llegan otros 15”, manifestó.
Vivieron para contarlo
Dos exadictos que salían ayer de la Clínica Integral de Tratamiento contra las Adicciones A.C., en la colonia Margaritas, aseguraron que ellos lograron escapar de la matanza en El Aliviane, el 2 de septiembre de 2009. En esa fecha sicarios mataron a 17 personas.
“Ese día había terminado la junta, era la última, ya para ir a dormir. En la dirección estaban los ‘chacas’, que son los que pueden entrar y salir, cuando empezó la balacera”, narró uno de ellos, que prefirió no decir su nombre.
“Nosotros acá estábamos encerrados y dijimos ‘ya valió’; queríamos abrir la puerta y el guardia nos abrió. Gracias a Dios que nos abrió, si no nos hubiera abierto, estaríamos muertos”, externó.
“A un camarada le dieron un cuetazo en una nalga, la mayoría se escapó y los primeros muertos querían llegar al galerón donde estábamos nosotros pero no alcanzaron, nosotros corrimos a perdernos.
“Ya cuando nos abrieron, nos tuvimos que brincar, cuando vimos que los malandros ya habían quebrado casi a todos”, agregó.
Los dos hombres aseguran que llevan más de seis meses sin drogarse aunque dicen que se enfrentan a la discriminación y al acoso de policías municipales todos los días, inclusive cuando se acercan al centro de rehabilitación para recibir el medicamento.
Sin embargo, de alguna manera no justifican las ejecuciones en este tipo de lugares, donde se trata con personas que sufren adicción a estas sustancias.
“Tú sabes, todos los exadictos nos hemos metido en broncas por conseguir drogas, quizá haya sido por eso”, mencionó.
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