Javier Olmos/
El Diario de Juárez
Los discursos de Donald Trump no han frenado la migración ilegal hacia Estados Unidos. Y aquí en esta frontera el número de centroamericanos que llegan con la mira puesta en el territorio estadounidense sigue manteniéndose en el promedio, no se dispara pero tampoco baja.
Hasta el cierre de agosto, la organización fundada por la diócesis de la ciudad recibió a 3 mil 110 migrantes, el 90 por ciento recién llegado a Juárez para cruzar ilegalmente al país vecino, indicó la directora del Centro de Derechos Humanos de la Casa del Migrante, Ivonne López de Lara.
En junio arribaron a esta localidad 537 personas, en julio 438, mientras que en agosto 402, la mayoría procedentes de Guatemala, El Salvador y Honduras, detalló.
Durante los últimos tres años este lugar ha dado resguardo a más de 19 mil migrantes, entre deportados, extranjeros, menores y familias enteras.
Sin embargo, López de Lara dijo que aun cuando Trump no cede en sus comentarios contra la migración ilegal, las deportaciones no se presentan como otros años. En específico, como en la administración de Barack Obama, agregó.
“El presidente anterior ha separado a más familias que Trump”, afirmó.
Por eso, López de Lara dijo que quizá los migrantes que vienen tratando de cumplir el “sueño americano” esperan que las declaraciones del actual presidente norteamericano sean puras especulaciones.
Aquí pueden esperar días, semanas o hasta meses mientras esperan atravesar el desierto o el Río Bravo, trabajando en pequeñas y medianas empresas que les ofrecen un empleo temporal, en tanto juntan un poco de dinero para enfrentar la odisea.
Hay viveros, casas de cambio, ‘car wash’ y restaurantes que les dan un trabajo bien remunerado y hasta les ofrecen el traslado de ida y vuelta a la Casa del Migrante para que no se pierdan en el camino. Una vez que juntan lo necesario, hacen su intento por cruzar ilegalmente, apuntó.
Abren sus puertas a ‘dreamers’
La Casa del Migrante dijo que “dentro de sus limitaciones”, abren sus puertas para quienes quieran venir, en alusión a los ‘dreamers’ que, se dice, están en riesgo de ser deportados tras la desaparición del programa Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA) en Estados Unidos.
“Toda aquella persona que sea desplazada de un lugar a otro, esta es su casa”, externó Blanca Alicia Rivera, encargada del refugio.
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