Blanca Carmona/
El Diario de Juárez
Eduardo Sánchez Hermosillo alias “El Flaco” y Rafael Mena apodado “El Cheche”, acusados de ser parte de una organización criminal que presuntamente privó de la libertad a varias jóvenes en la zona Centro para prostituirlas, asesinarlas y cuyos restos óseos se hallaron en el arroyo El Navajo, rindieron declaración ayer para denunciar que fueron detenidos de forma arbitraria tras el asesinato de dos federales en el exterior del Hotel Verde y torturados en un hangar de la PGR de la Ciudad de México y negaron conocer a las víctimas.
Además aceptaron ser interrogados por el Ministerio Público (MP), aportando una serie de datos sobre la prostitución que se tejía en el Hotel Verde.
El viernes pasado el Ministerio Público adscrito a la Fiscalía de género formuló cargos contra “El Flaco”, “El Cheche” así como Esperanza Castillo Saldaña “La Paty” al acusarlos de los delitos de homicidio agravado y calificado, trata y asociación delictuosa al parecer cometidos en perjuicio de Lizbeth Avilés García, Perla Ivonne Aguirre González y Beatriz Alejandra Hernández Trejo.
Desde hace años, estas tres personas así como Camilo del Real Buendía también fueron acusados de haber cometido los mismos ilícitos en contra de otras ocho jóvenes.
La declaración de ambos se efectuó dentro del plazo solicitado por sus abogados para la vinculación o no a proceso, audiencia presidida por la juez de Control Yira Celida Ochoa Contreras.
Rafael Mena dijo que fue detenido la tarde del 29 de septiembre del 2010, varias horas después de que en la entrada del Hotel Verde ubicado en las calles Samaniego y Altamirano fueron ejecutados los agentes federales Gustavo Rosales González y Simón Andrade Flores.
Explicó que él vivía en una propiedad domiciliada junto al hotel y pegado a este último negocio tenía un pequeño puesto donde vendía abarrotes. Esa mañana lo despertaron los impactos de bala, cuando salió a ver qué sucedía el lugar estaba copado de curiosos.
A los pocos minutos fue detenido Eduardo Hermosillo y una persona que identificó como Alexis pero cuyo nombre es Raquel Treviño sólo porque eran empleados del hotel.
Después, dijo, los federales se retiraron, más tarde regresaron y él y otras personas fueros sometidos a revisiones así como sus casas pero no les encontraron nada, por lo que los federales se retiraron pero nuevamente volvieron, en dos ocasiones hicieron esto y en la tercera vez lo detuvieron aunque no le encontraron armas, ni droga.
“Fuimos llevados a la Ciudad de México. Parecía un almacén pero era un hangar de la PGR, ahí fuimos torturados. Me pusieron una camisa mojada y una bolsa en la cabeza, me dieron en las costillas y me quebraron dos dientes”, dijo Mena quien apuntó que su verdadero apodo es “Chichi”, tiene unos 80 años de edad y el dentro de dos semanas cumplirá siete años preso sin ser sentenciado.
En su turno Eduardo Sánchez señaló que él estaba barriendo la sangre que quedó regada de los federales, porque su trabajo era limpiar el Hotel Verde, cuando otro contingente de la misma corporación regresó y se lo llevó sin más explicaciones y desde entonces permanece preso.
Ese día fue trasladado a la Ciudad de México, en un hangar de PGR le pusieron una bolsa y una toalla en la cabeza, le dieron toques con una “chicharra” y le quebraron las costillas mientras lo interrogaban.
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