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Por su nieto se vuelve guardián del orden vial

Luz del Carmen Sosa/
El Diario de Juárez

2017-09-04

Cansado del desorden vial que cada día se hacía en el exterior de la Escuela Primaria Pascual Ortiz Rubio, donde estudia su nieto, Salvador Alejandro Galicia Aponte “se puso las pilas” para imponer las reglas viales y dar seguridad a los cientos de niños que asisten al plantel, ubicado en la colonia Satélite.
Él fue empleado de una empresa maquiladora y tras jubilarse ayuda a su familia con el traslado de su nieto a la escuela. Lo hace desde que el pequeño cursa el tercer grado y quiere auxiliar hasta el próximo año.
“Al traer a mi nieto de tercer grado vi que había muchas carencias de los padres de familia que traemos a nuestros hijos, hablé con el director y le ofrecí mis servicios para proteger a los niños de 07:30 a 08:15 horas”.
A bordo de su moto, Salvador Alejandro llega puntual de lunes a viernes al plantel, situado sobre la calle Neptuno.
En la caja del vehículo carga su chaleco fosforescente, un señalamiento gráfico del alto, dos conos anaranjados y dos “fantasmas”. Todo el equipo lo ha comprado él para hacer mejor su trabajo como auxiliar vial.
Actualmente la Dirección General de Tránsito Municipal (DGTM) cuenta con un programa de apoyo a las Brigadas Escolares, pero aún no llega esa ayuda a la Primaria Ortiz Rubio, que carece de señalamientos gráficos y del paso peatonal.
“Los apoyos se deben solicitar vía oficio a esta dirección”, explicó Francisco Chávez Ramírez, vocero de Tránsito.
Aunque Salvador Alejandro no aspira a recibir ninguna distinción como tránsito honorario, se conforma con proteger la vida de cientos de niños.
Mientras instruye a los padres para que bajen la velocidad y le pide a los pequeños que esperen indicaciones para cruzar la calle en forma segura, dice que el principal peligro para los niños son los padres de familia.
“Siempre tienen prisa”, afirma incrédulo.
El auxiliar vial enumeró las necesidades para hacer un camino seguro a la escuela.
“No contamos con paso peatonal, por eso pedimos al Municipio que vengan a pintar uno para que los niños puedan cruzar con seguridad la calle, necesitamos equipo, como son los conos naranjas”, expresa.
Asegura que algo que no se puede comprar u obtener gratis es la cultura vial de los padres.
A ellos les dirige este mensaje: “Yo le pido a los padres que nos ayuden, muchas veces decimos ‘es que ya voy tarde’, ‘tengo prisa’, pero la diferencia de un accidente la hace un segundo, yo solicito que nos den su apoyo total. Lo hacemos por el bien de sus niños, mostremos nuestra cultura vial”. (Luz del Carmen Sosa / El Diario)

lsosa@redaccion.diario.com.mx

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