Javier Olmos/
El Diario de Juárez
Vecinos del fraccionamiento Pradera Dorada denunciaron un alza de robos a sus casas y asaltos en toda la zona en los últimos tres meses. Aunque han declinado presentar denuncias formales ante la Fiscalía, se dijeron cansados de que las autoridades no les den seguridad.
En una reunión vecinal que realizaron ayer, los más de 30 quejosos que asistieron señalaron que los delincuentes les han robado de todo, desde autos y herramientas, hasta objetos variados del interior de sus viviendas.
Para contrarrestar la ola de delitos que dicen están viviendo, analizan volver a cerrar las calles como lo hicieron en la época más álgida de la violencia que atravesó la ciudad, hace unos siete años.
Según las cifras del comité de vecinos de Pradera Dorada, se registran hasta dos robos a casas por día.
En un parque que se ubica en el cruce de las calles Rancho Aguacaliente y Los Horcones, han anotado por lo menos cuatro asaltos a mano armada contra transeúntes, algunos de ellos apenas adolescentes, en las últimas semanas, expusieron.
“Realmente nos preocupa mucho que la seguridad la estemos soltando, necesitamos exigirle al Gobierno que atienda a la comunidad, ahorita los delitos comunes se están disparando, los delitos a casa-habitación aquí son todos los días”, dijo Manuel Valles, residente del sector.
“En mi caso no se metieron a mi casa, estaban los vehículos afuera, salí a checar mi carro a las 12 de la noche y ya no tenía calaveras”, expresó también otra habitante, Carmen Cárdenas, que vive en la Rancho La Joya.
Sin embargo, los residentes del fraccionamiento que tiene tres etapas también comentaron que ya descartaron interponer denuncias formales ante las autoridades investigadoras para que se ponga fin al incremento de robos y asaltos.
Lo que buscan, dijeron, es que la Secretaría de Seguridad Pública Municipal refuerce la vigilancia en la zona. “No importa que nos tengan que parar para que nos pregunten de dónde venimos”, señaló Valles.
Sobre la ausencia de denuncias ante la autoridad investigadora, “ya nadie las pone, porque no confían, no les dan seguimiento, y somos de varios ranchos de todo pradera”, dijo la señora Flores, quien vive en la calle Rancho El Tule.
Sobre el cierre de calles, Flores expuso que todos los vecinos de la calle El Tule están de acuerdo en que se vuelva a controlar el acceso a esa vialidad, con o sin el permiso del Municipio, aunque también determinaron en la reunión de ayer incrementar la seguridad privada, la cual pagarán de sus bolsillos.
“La prioridad que tenemos es la seguridad, pagarla nosotros, deberíamos dejar de pagar impuestos para contratar seguridad, lo que está haciendo movilizarnos otra vez es la inseguridad”, puntualizó. (Javier Olmos / El Diario)
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