Fernando Aguilar/
El Diario de Juárez
Un incendio consumió ayer un negocio y una casa en la colonia Felipe Ángeles ante la mirada de la familia propietaria, que nada pudo hacer para evitar las costosas pérdidas materiales.
Las llamas envolvieron a la ferretería “La más barata”, situada en el bulevar Norzagaray y la calle Sombrerete, unos minutos antes de las 9 de la mañana, de acuerdo con reportes oficiales.
Aunque las autoridades descartaron lesionados, cuatro cachorros casi mueren atrapados en el incendio, pero la intervención de un oficial de Tránsito tripulante de la unidad 903, quien patrullaba la zona, los puso a salvo.
Para apagarlo, en aproximadamente 20 minutos, los bomberos vertieron con la ayuda de cuatro vehículos 22 mil litros de agua sobre las propiedades, dijo Efrén Matamoros Barraza, director de Protección Civil del Municipio.
“Yo pensé que era algo leve, pero cuando me metí, la ferretería estaba en llamas”, contó Adrián Barraza, agente de Tránsito que colaboró en el siniestro. “Agarramos unos extinguidores e hicimos el llamado a Bomberos a las 9 de la mañana, pero no pudimos apagar el fuego”.
Las pérdidas materiales causaron gran conmoción entre los dueños de los inmuebles que se quemaron; tanto, que una adolescente, estudiante de la Secundaria Técnica 14, lloraba sin consuelo por haber perdido los cuadernos y útiles escolares que acababa de adquirir.
El incidente obligó a la Dirección General de Tránsito Municipal (DGTM) a bloquear un tramo del cuerpo norte del bulevar, donde se colocaron los camiones de Bomberos.
Protección Civil declinó ofrecer un informe preliminar sobre las causas del incendio, pero los afectados explicaron que al parecer fue desatado por un cortocircuito entre unos cables situados en una de las esquinas del negocio.
El hermano del propietario de la ferretería narró que el establecimiento estaba por abrir cuando le notificó a uno de los empleados que el fuego iniciaba, por lo que enseguida, junto al agente de Tránsito, todos comenzaron a sacar los tanques de gas almacenados ahí dentro.
“El trabajador y el tránsito se la rifaron; a él (al agente) le cayeron unos cables de alta tensión en un lado”, contó.
El elemento de la DGTM dijo que el incendio se propagó con gran rapidez a lo largo del negocio hasta el domicilio aledaño porque grandes volúmenes de madera y otros materiales inflamables se almacenaban ahí, una versión corroborada por Matamoros Barraza.
“Una señora nos avisó que en la casa estaban dos niños; fuimos y los sacamos, pero la casa estaba incendiándose también. No pudimos. Fue demasiado. Éramos yo, el dueño y otros dos muchachos. No lo pudimos apagar con extinguidores porque en dos o tres minutos prendió el techo. Fue muy rápido todo”, comentó Barraza. (Fernando Aguilar / El Diario)
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