Araly Castañón/
El Diario de Juárez
Cada mes, los regidores en el Cabildo de la ciudad reparten recursos públicos entre quienes ellos consideran requieren el apoyo económico, que puede ser hasta de 2 mil pesos por persona.
Esos “apoyos ciudadanos”, los otorgan de manera discrecional y sin necesidad de que los beneficiados ni ellos mismos comprueben los gastos. Incluso muchos de los solicitantes van cada mes por su ‘apoyo’.
La bolsa es de 3 millones 360 mil pesos al año, es decir, que cada uno de los 20 regidores tiene disponibles al mes 14 mil pesos.
Ese dinero, reportan los regidores, se da a quien llega y les pide desde para la compra de leche, pañales y medicinas hasta para el pago de servicios, viajes y celebraciones escolares.
De enero a mayo del presente año, mil 470 personas recibieron bajo este concepto, desde 200 hasta mil pesos para variadas necesidades, se informó.
Regidores entrevistados aseguraron que el dinero lo entregan conforme observan a las personas, al ver su aspecto físico, mientras que otros acuden a colonias marginadas y ahí lo asignan a familias necesitadas.
La entrega de dinero a ciudadanos para asistencia social es una labor asistencial que otorgan los regidores de manera personal, discrecional y en general no ayuda a la comunidad, además que no está en sus funciones, cuestiona Abelamar Chacón Rodríguez, coordinador del programa del Regidormx de la agrupación civil Plan Estratégico de Juárez.
Su obligación es atender los problemas de la comunidad, no los personales que tengan los ciudadanos, afirma.
Chacón dice que incluso ha habido ediles que por estar atendiendo a la gente que va a buscarlos para pedir apoyo, dejan de asistir a las comisiones en las que les toca trabajar, y esta labor sí es parte de sus obligaciones.
“Es muy respetable lo que ayudan, pero primero deben atender sus obligaciones del Reglamento para atender los problema de la ciudad”, expone.
“Hay mil necesidades de gente muy humilde y esa gente acude a ellos (los regidores) para esa ayuda, ese apoyo que se les da para que hagan esa labor social”, explicó el tesorero, Óscar Luis Pérez Pérez.
Dijo que hay juarenses que no tienen para medicinas, para colegiaturas y ese recurso es para ayudarlos.
Hacen filas por apoyo
Cada uno de los 20 ediles cuenta con 14 mil pesos para repartir mensualmente a quienes llegan y “les mueve el corazón”, sin ningún estudio socioeconómico previo.
A principios de mes, cuando los regidores reciben ese recurso de la Tesorería municipal, se puede ver filas de hasta 100 personas esperan turno en las oficinas edilicias ubicadas en el tercer piso de la presidencia municipal.
De todos ellos un 15 por ciento aproximadamente, asiste religiosamente cada mes a pedir ayuda, aseguró Mirna Rosales González, quien atiende a los ciudadanos.
Una de ellas es Norma Avilés, de 50 años, quien vive en la colonia Anapra. Una amiga le contó que podía ir a la Presidencia a pedir dinero a los regidores, y la primera vez que fue le tocó que el regidor José Ubaldo Solís le diera 200 pesos, y con eso compró gas, asegura.
Hace unas semanas volvió a ir, ahora para pedir 100 pesos para un bote de leche en polvo para su nieto de meses de nacido.
“Ya no tengo leche para mi nieto, por eso vine otra vez a pedir apoyo, pero me dijeron que no tenían apoyo”, contó mientras cargaba al bebé que chupaba un biberón vacío.
Dijo que ni ella ni su esposo trabajan, y después de los primeros 200 pesos que le dio el regidor Ubaldo, ha ido cinco veces por más dinero, en una ocasión para pagar la luz porque le llegó un recibo por 540 pesos, pero ya no le han vuelto a dar nada.
Elevan bolsa a entregar
La cantidad de ciudadanos que piden apoyos va en aumento, por lo que los regidores se elevaron el monto de esa bolsa a entregar.
Anteriormente lo máximo que podían donar eran mil pesos por persona, pero en la sesión ordinaria del 1 de junio del 2017 se aprobó subir ese apoyo de mil a 2 mil pesos.
Los regidores otorgan ese dinero conforme a su criterio, y sólo deben entregar en la Tesorería Municipal un formato en el que se indica para qué es la ayuda, la firma del beneficiado y una copia de su identificación.
Subsidian pagos de escuela, recibos, viajes y festejos
Los mil 470 apoyos que se han entregado, de enero a mayo de este año, cuando máximo eran mil pesos por persona, han sido para comprar uniformes deportivos, pago de colegiatura, útiles escolares y despensa.
Hay uno de 700 pesos para la compra de acta de nacimiento foránea, mil pesos para pagar recibos de agua y luz, mil pesos para un viaje a Durango, así como otro de mil pesos para leche y pañales, establece la lista de los apoyos, la cual se solicitó a través del Instituto Chihuahuense para la Transparencia y Acceso a la Información Pública (Ichitaip).
También hay mil pesos para pago de funeral, 650 pesos para comprar bolos para festejo del Día del Niño, así como 500 para compra de piñatas, 550 para pastel y sodas para festejo del Día del Niño, cada una de esas cantidades se entregaron a personas diferentes.
De forma similar hay montos variados para la fiesta del Día de las Madres, 350 para el pastel, 750 para pastel y sodas, otro apoyo de mil pesos para el festejo, y otros mil más para el mismo motivo, recursos que se otorgaron a diversos ciudadanos.
El dinero lo entregan conforme observan a las personas, al ver su aspecto físico, aseguran algunos regidores, mientras que otros aseguran que acuden a colonias marginadas para detectar a familias necesitadas.
El edil independiente Alfredo Seáñez Nájera explica que cuando una persona va a solicitarle recursos, la forma de cerciorarse que realmente lo necesita es platicando, y si requiere medicamentos, les pide que presenten la receta.
“Si uno sospecha que es pura trácala, les decimos: Que le parece si lo compramos, vamos a comprarla y cuando dice vamos, es señal que hay buena intención, pero si se niegan, ahí ya no fue bueno”, menciona.
En el caso de la edil independiente, Jacqueline Armendáriz Martínez, afirma que regularmente con ver a la gente que va a la presidencia, sabe que requiere el apoyo.
“Como la gente que esta aquí afuera si la ves, la verdad es que si lo ves que sí lo necesita. Y no nada más cuando viene la gente aquí, o cuando anda uno en la calle también da ese tipo de apoyo, cuando andas visitando colonias”, explica.
La regidora del PRI, Laura Tapia Martínez, comenta que en su caso otorga los donativos en especie, por ejemplo en el caso de medicamentos, envía a los ciudadanos a una farmacia para que ahí los surtan.
Agrega que ella da la ayuda a la gente que sabe y conoce que lo necesita.
“Si son personas que no tenemos el conocimiento en sí, lo verificamos”, asegura sin mencionar la forma en la cual lo confirma.
Hay gente que lo hace su modus vivendi
El conocimiento de este recurso disponible que el Municipio desembolsa sin mayores requisitos provoca que ciudadanos acudan constantemente por ayuda, o que vayan con un edil, reciben el dinero y enseguida se presentan con otro para la misma necesidad.
“Casi siempre lo doy a la gente que más o menos sabemos su condiciones económicas, pero también llega gente que no conocemos y llora mucho y también hay mucha gente que pide por todos lados y es su modus vivendi”, asegura el edil del PAN, Hiram Apolo Contreras Herrera.
El regidor independiente Pablo Arana Pérez, explica que en su caso dona el dinero en colonias que tiene identificadas, y afirmó que sí se ha detectado a gente que sin una urgencia real va a pedir recursos.
“Desafortunadamente hay personas que son de ese tipo, que vienen a tratar de sorprendernos”, menciona.
Los ediles han descubierto mujeres que se presentan con sus hijos llorando y cuentan que no tienen dinero para comida ni para el camión, les dan el apoyo y de inmediato van con otro y les dicen lo mismo para obtener más efectivo.
“Ya los tienes identificados y ya no les das a ellos. Aquí luego, luego, vienen con uno y con otro, y es gente que ya es muy hábil, pero ya los tenemos más o menos identificado”, expone la regidora Armendáriz.
Seáñez Nájera dice que cuando empezó su trabajo como regidor, ya había gente que sabía de ese recurso, sabía las fechas en que disponen del dinero y ya estaban formados afuera de las oficinas esperando hablar con un regidor para solicitarlo.
“Al principio nos sorprendieron, aquí había gente que ya tenía cierta experiencia en este oficio de andar pidiendo”, menciona.
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