Cinthya Ávila/
El Diario de Juárez
En pleno desierto un inmenso campo verde se impone a la llanura. Entre los sembradíos se internan hombres, quienes con los rayos del sol a cuestas, realizan la labor de la agricultura.
Los trabajadores llevan a cabo la pisca de la calabaza, hortaliza que acapara el 75 por ciento de la producción en Samalayuca, la cual está actualmente en su punto más álgido.
Fabián Iturralde, uno de los productores de la región, supervisaba ayer la fertilización y tratamiento a los campos donde tiene en proceso calabaza y melón.
Tan sólo del primero tiene sembradas siete hectáreas, que cada día generan cinco toneladas.
Explicó que la temporada de la calabaza abarca de mayo a octubre. Actualmente se realiza labor de la pisca y lo que llaman “la calienta”, que es efectuar los primeros cortes antes de que alcance su madurez total, lo que demora aproximadamente un mes.
En el caso del melón el proceso es similar, salvo que el corte se realiza cada cuatro días, alcanzando hasta dos toneladas por pisca.
A unos metros de sus hectáreas están en crecimiento también chile jalapeño y alfalfa. El equipo de riego que se encarga de refrescar esta última alcanza a quienes se acercan a curiosear el terreno verdoso.
El chile jalapeño va en crecimiento. Quienes trabajan la tierra se encargan de darle el estímulo necesario para su desarrollo.
Javier Meléndez Cardona, director de Desarrollo Rural del Estado, señaló que este año se están produciendo 50 toneladas diarias de calabaza.
Resaltó que entre julio y agosto parte de la cosecha se envía a otras regiones, como Sonora y Monterrey.
La calabacita de Samalayuca es demandada también en Estados Unidos, Asia y otros países de Centroamérica.
Detalló que en la zona 750 hectáreas se dedican a la siembra de calabaza y otras 250 visten el poblado con tomate verde, sandía, melón, pepino, entre otras.
“La calabacita es la reina. Pero prácticamente se siembra de todo, con diferentes volúmenes entre cada hortaliza”, declaró.
Agricultores refirieron que este año enfrentaron diferentes dificultades de tipo climatológico y hasta de falta de personal.
Fabián Iturralde contó que en el caso del tomate y el chile jalapeño las plantas se vieron afectadas por una granizada y fue necesario iniciar nuevamente el ciclo.
Lo anterior, retrasó las entregas a proveedores y desabasto, lo que generó encarecimientos.
Por otra parte dijo que hubo poca disposición de trabajadores, pues la mayoría se dirigen a Ciudad Juárez a las maquiladoras.
Mencionó que actualmente algunos campos están trabajando con menos de 10 hombres, cuando el mínimo es 20.
El director de Desarrollo Rural destacó que en invierno inicia otra temporada de siembra, como de ajo, cilantro, repollo y lechuga.
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